Rock y humor animan los festejos

Cientos de personas se despiden, un año más, de su “semana grande”. Unos festejos en los que han imperado la música, el teatro y el humor. La ciudad de Úbeda dice adiós hasta 2016, cuando la Feria de San Miguel volverá a iluminar el final de septiembre y el comienzo de octubre.

04 oct 2015 / 08:34 H.


El toque musical, y sobre todo de humor, lo puso el conocido grupo Mojinos Escozíos. Alrededor de 2.500 personas disfrutaron de su música aunque, debido al aforo de la carpa,  se estima que unas dos mil se quedaron sin acceso al recinto. La afluencia de gente resultó tan masiva que llegó a ocupar toda la puerta con la intención de ver la actuación.
La banda, que lleva activa desde el año 1994, reunió a un amplio grupo de fieles y seguidores que, durante dos horas, corearon todos y cada uno de los “himnos canallas” compuestos por el grupo. Dentro del repertorio no faltaron “Las niñas de la saye” o “Al carajo”, de su trabajo titulado “Semos unos monstruos”, “Chow chow” y “Güeno que estoy”.
Hubo altas dosis de humor en una actuación que dejó muy buen sabor de boca entre todos los asistentes, que rieron y cantaron a partes iguales. Su conocido cantante, “el Sevilla”, ofreció a los presentes un amplio catálogo de historias, chistes y movimientos más que hilarantes. El “frontman”, que no descansó ni un momento, dejó muy alto el listón ante el público ubetense. Ya hacía casi diez años que el conjunto estuvo por primera vez en la ciudad de los Cerros, y al igual que en su primera parada, congregó a público de todas las edades y de diversos gustos musicales gracias a ese rock tan característico del grupo.
No obstante no fueron los únicos que pusieron la nota musical a lo largo de la noche, sino que después subió al escenario una orquesta que hizo bailar a los presentes con las canciones más actuales y clásicos ya guardados en la memoria. También por la noche, el Hospital de Santiago acogió a los ubetenses Blue Star, muy conocidos en el panorama local y cuyas canciones fueron coreadas por diferentes generaciones.  Mientras tanto, en el teatro Ideal Cinema, la compañía ubetense Tirsos y Caretas presentó “Llama a un inspector”, de John B Priestley. Se trata de una obra con la que el colectivo  quiso reencontrarse con montajes clásicos a través de una pieza con un final totalmente inesperado y sorpredente. El texto contenía elevadas cantidades de crítica social contra la aristocracia inglesa y una puesta en escena propia de la compañía local.
Durante el fin de semana volvieron los 80 gracias al concierto  en tributo a grupos como Héroes del Silencio o el Último de la fila. Para acabar la noche, el recinto ferial dispuso también de Cantores de Híspalis. Además, los niños también tuvieron su importante hueco en la programación con las aventuras de los títeres de Peneque, a cargo de la compañía de Miguel del Pino y talleres y juegos en la Plaza del Primero de Mayo.