Vivas al Cristo de la Vera Cruz en Begíjar

26 sep 2017 / 09:26 H.

Con festivas blancas flores a sus pies y bajo la mirada de todo un pueblo expectante y emocionado. Por la renacentista portada de la parroquia de Santiago Apóstol de Begíjar, el Cristo de la Vera Cruz salió al encuentro de los begijenses en el día grande de sus fiestas. Una procesión que, a pesar de salir más tarde de lo previsto, supuso en un espléndido fin para la celebración.

A las siete, cuando marcaba la programación oficial el inicio del desfile, la plaza de la Constitución empezó a recibir a numerosos vecinos. Media hora después, cientos de hermanos y fieles de todas las edades, con sus mejores galas, esperaban ya el momento de la salida en esta céntrica plazuela. Todo previsto, solo faltaba la llegada de la hermana mayor, Isabel Gárate López, con la banda de música, tras recogerla en su casa. Pero llegó sola. Un malentendido en la organización había dejado sin músicos a la procesión. Rápidamente, el alcalde, Damián Martínez, y la junta directiva de la hermandad, se pusieron en marcha para no dejar sin banda sonora este importante día para Begíjar. Movilizaron a un grupo de intérpretes baezanos, a los que se sumó también algún begijense y, cuarenta y cinco minutos después, recibían al patrón de la villa con el himno de España. Un hecho anecdótico que no empañó este emotivo momento y, entre vivas y aplausos, salió el Cristo de la Vera Cruz, cuando caía ya la tarde. Con una comitiva de cientos de vecinos, encabezada por el párroco, Joaquín Rafael Robles; representantes de la Corporación Municipal y la junta directiva de la Hermandad, se encaminó por la angosta calle Agua para después recorrer Esparteros, Juan Tobaruela, Pintor Zabaleta, Ramón y Cajal, subir Pedro Pérez y volver de nuevo por Julio Burell, Doctor Quesada Marín y Patrocinio de Biedma a su parroquia, tal y como estaba previsto al cierre de esta edición. Lo hizo a hombros de una treintena de anderos entre los que había, como ya es habitual desde los últimos años, también mujeres. A su paso, vecinos mayores se emocionaban, desde sus balcones, por el reencuentro con el patrón.

En este último día de fiestas, por la mañana, se celebró también la misa en honor de Cristo de la Vera Cruz, para la que la parroquia se llenó de hermanos. Y es que, como explican desde la hermandad, el patrón aúna a los begijeños con una intensa devoción que se remonta más allá de cuatro siglos. En la actualidad, la hermandad la preside Encarnación Quesada y tiene medio millar de cofrades. Hace un año, además, celebraron el 75 aniversario de la imagen que el pueblo donó tras la destrucción de la primitiva durante la guerra, obra del escultor Navas Parejo.

Con la solemne procesión y una noche de verbena, Begíjar cerraba su feria en honor del Santísimo Cristo de la Vera Cruz 2017, que arrancó el sábado con el día del niño. Estas fiestas, como es tradicional, son el momento de reencuentro para vecinos y begijeños que residen en otros municipios. A lo largo de estos días, han disfrutado de actividades infantiles, actuaciones musicales y noches de verbena. Momentos especialmente bonitos fueron, como explica el alcalde, la ofrenda floral de los caballistas al patrón y la realizada por el pueblo en el pórtico de la parroquia.