Europa da un ultimátum por los niveles de contaminación

El municipio, uno de los cinco puntos negros de España por la calidad del aire

03 feb 2018 / 11:16 H.

Es el último toque de atención. No hay más tregua. La Comisión Europea da un ultimátum y “lee la cartilla” a España para que tome medidas y presente un proyecto con el que garantice la legislación europea existente en materia de calidad del aire. El asunto es tal, que si en el plazo de una semana no obtiene respuesta ni ofrece solución para reducir los niveles máximos de contaminación a la que se enfrentan sus vecinos, amenaza con llevarlos hasta el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, quien se encargaría de sancionarlos directamente. Precisamente, uno de los focos afectados por la mala calidad del aire y sobre los que se ha puesto la lupa en España es Villanueva del Arzobispo. El municipio supera el nivel de partículas permitidas en el aire, una situación “límite”, que lo hace situarse en la lista roja. Concretamente, es uno de los cinco puntos preocupantes por la contaminación medioambiental, según la Comisión, por incumplimiento de la Directiva de Calidad del Aire de España, junto con Avilés (Asturias) por partículas finas y las ciudades de Madrid, Barcelona, por dióxido de nitrógeno.

En este caso, la mala calidad del aire y la contaminación que padece Villanueva del Arzobispo es un problema “histórico”. Actualmente, el alcalde, Jorge Martínez, indica que uno de los motivos —además de contar con un medidor en el municipio— es el elevado número de chimeneas de leña y de calderas de biomasa que hay en este pueblo de poco más de ocho mil habitantes. “La leña y la biomasa, con el hueso de aceituna es lo que más barato sale a las familias y todo el mundo las emplea. Esas partículas quedan en suspensión y con la situación que tiene el municipio, en un valle ubicado entre montañas, el aire pasa por encima y la atmósfera no se limpia que debiera”, explica Jorge Martínez.

Como consecuencia del humo que sale de las chimeneas se forma una bruma que se contempla con total nitidez desde otros municipios colindantes como es el caso de Iznatoraf. Desde el Ayuntamiento son conscientes de la situación que sufre el municipio y lo que supone tanto para el medio ambiente como para la salud pública de los vecinos. Por este motivo, entre las medidas desarrolladas estuvo la elaboración de un estudio y la publicación de un bando municipal que prohíbe, entre otras cuestiones, el encendido de lumbres a quinientos metros del municipio. “Una de las soluciones pasaría por ayudar a las familias a la instalación de postcombustores, que evitarían la salida de ‘cenizas’ al ambiente”, recalca el alcalde y añade: “En este caso, tal y como se podría pensar en un primer momento, la causa de los elevados niveles de partículas en suspensión que se registran en el municipio no proceden de la orujera San Miguel Arcángel, que incluso ha sido premiada”. Esta misma afirmación la corrobora el presidente, Cristóbal Gallego, quien indica que la empresa cumple estrictamente con toda la legislación vigente y que, precisamente, a la situación que arrastra el municipio, el control es mucho más exhaustivo. En su caso, la orujera invirtió más de treinta millones de euros en un sistema innovador —que emplea una turbina de avión—, que no emite partículas contaminantes al aire.