Viento y aguaceros que dejan huella

Cazorla recibió 33 litros en una hora y hubo daños en carreteras de La Iruela

22 jun 2017 / 11:52 H.

Si la semana comenzó con Martos anegado por una tromba de agua de 39 litros en media hora, las tormentas siguen sin dar tregua a la provincia. La noche y la madrugada del martes fue especialmente difícil en la comarca de Cazorla, donde las nubes descargaron con fuerza. En Santiago de la Espada, un “tornado” dejó también una espectacular imagen al llevarse un inmenso tejado.

Si la zona de Vadillo recibía el lunes más de 22 litros; Cazorla conseguía, 24 horas después, un récord nacional con 33,4 litros según recogía la Aemet —los vecinos afirman que fueron 40— por encima de los 31 recogidos en puntos como Navacerrada (Madrid) y Torla (Huesca). No es raro que si, en una hora, cayó esta cantidad, los problemas se sucedieran especialmente en su casco urbano. “Comenzó sobre las diez y fue en una hora, en la que la tormenta se paró sobre esta zona y descargó por completo”, reconoce la Policía Local. Entró agua en portales, locales y cocheras especialmente en las zonas con rellanos bajo las grandes pendientes de las calles cazorleñas. Las tapas de las alcantarillas, como añade, se fueron levantando al paso del agua, por la fuerza con la que bajaba. “Fueron afectadas, especialmente, dos zonas. La del cuartel de la Guardia Civil y junto a la plaza de la Constitución”, explica. De hecho, en esta última, un local se llevó la peor parte. “Un muro de la parte trasera reventó y entró el agua en toda la tienda”, detalla. Los vecinos avisaron al propietario porque salía agua por debajo de la puerta y, al abrir, se encontraron que llegaba a un nivel de 30 centímetros, con los consecuentes daños materiales.

A medianoche, la Aemet dejaba patente que seguían todavía las tormentas en la provincia de Jaén y Granada. Y en su mapa nacional de rayos quedaba bien marcada en rojo y amarillo la zona sureste del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. De hecho, la tromba de agua de la madrugada no solo provocó numerosas inundaciones, sino también en infraestructuras agrarias. El alcalde de La Iruela, José Antonio Olivares, explicó que la peor parte se la llevó su municipio, donde caminos que acaban de ser arreglados han quedado, de nuevo, inservibles. También se registraron desperfectos en alcantarillado y carreteras.

Estas tormentas dejaron, además, unas impresionantes estampas en el corazón del Parque Natural, aunque afortunadamente sin daños más allá de los materiales. Fue por una fuerte racha de viento durante la tarde del lunes, que consiguió levantar el tejado de una nave en Santiago de la Espada. Esta placa de unos “veinticinco o treinta metros”, y que debe pesar en torno a los 4.000 kilos, como explican los vecinos, subió como si de una hoja de papel se tratara por los aires hasta caer a unos cincuenta metros aproximadamente de su origen. Fue en unos tejados y produjo algunos daños, pero mucho menos de lo que podría parecer ya que los hierros de la cubierta cayeron hacia arriba. Al día siguiente, Ángel Muñoz, vecino de Santiago, capturó con su cámara cómo consiguieron recuperar esta inmensa placa con la ayuda de una grúa a través de dos calles. Sin existir estaciones de medición en el municipio, no se puede conocer la velocidad de las rachas de viento pero las más cercanas de la Aemet registraron este mismo día algunas de más de 60 kilómetros por hora.