Unas grandes muestras de fe

Garcíez volvió a engalanarse, una jornada después de celebrar el día grande de San Marcos, para vivir la festividad en honor del Santísimo Cristo de las Injurias. Numerosos vecinos y devotos se congregaron en torno al Crucificado para acompañarlo tanto en su misa como en la procesión que recorrió las calles del pueblo. Y es que la veneración que los garcileños le tienen al Señor quedó reflejada en el cariño y esmero con el que se prepararon los diferentes actos solemnes.

Así, minutos antes del mediodía, comenzó el cortejo previo a la eucaristía. Los miembros de la junta directiva de la Hermandad del Cristo de las Injurias, acompañados por el estandarte y la Banda Unión Musical de Úbeda, fueron hasta el domicilio del hermano mayor para recogerlo. Con él, emprendieron el camino hasta la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, donde arrancó, a las doce, la celebración de la misa. El templo se abarrotó de personas con motivo de esta ceremonia religiosa. Al término de la misma, arrancó la procesión.

El Cristo de las Injurias, portado por su cuerpo de anderos, fue llevado sobre su trono con suma dulzura. Un monte de ramos de flores, que fueron depositados por los devotos, engalanaba el paso de madera, y los vítores hacia el Crucificado se sucedieron en reiteradas ocasiones durante su caminar. Se respiraba fe, devoción y tradición en las calles de Garcíez, y también ambiente festivo y de convivencia. No en vano, una vez que concluyó el cortejo procesional, los hermanos del Señor de Garcíez celebraron una comida en un salón municipal.

“La devoción hacia el Santísimo Cristo de las Injurias es muy grande en Garcíez y, además, la hermandad tiene mucha antigüedad también en el pueblo. Para los vecinos es un día muy importante el de la procesión del Señor, al igual que para los hermanos nuevos, que reciben sus medallas-crucifijos ya bendecidos durante la misa”, explicó Juan José Viedma García, uno de los directivos que forman parte de la Junta de Gobierno de la Hermandad local.

Tal y como recordó Viedma, la fundación de esta cofradía data del año 1908, según sus estatutos. Los garcileños Gerardo Ortiz Salazar, Andrés Marín Prieto y Francisco Aguilera Villamor fueron los fundadores del colectivo religioso. Desde su origen se rindió culto a Cristo Crucificado bajo la advocación del Señor de las Injurias y se estableció su festividad el día 26 de abril con la idea de conceder mayor esplendor a la fiesta patronal anual de Garcíez, en honor del Evangelista San Marcos.

Desde el nacimiento de la hermandad, todos los años ha procesionado el Cristo de las Injurias por las calles, salvo en el periodo de la Guerra Civil. Una tradición, por lo tanto, que sigue viva y llega hasta la actualidad gracias al trabajo e implicación de las diferentes juntas directivas, además de por el cariño y fervor que la población garcileña le brinda a esta imagen del Señor en la Cruz.

Por todo ello, fiel a su cita con los 97 municipios de la provincia, Diario JAÉN estuvo presente en la celebración de esta festividad para realizar, así, la cobertura informativa del día grande del Cristo de las Injurias. Además, los garcileños pudieron adquirir la medalla exclusiva del Señor junto con su ejemplar del periódico.