Una cirujana le salvó la vida

María Hernández logra recuperar su brazo después de sufrir un accidente laboral

16 oct 2016 / 20:52 H.

Su vida dio un vuelco aquel 13 de julio de 2016. María Hernández Centeno, de Martos, se encontraba en el establecimiento de superlimpieza en que trabajaba, en Jaén capital. Eran las nueve de la noche y pretendía sacar un edredón de una lavadora industrial. Sin embargo, según relata la accidentada, algo falló y pudo abrir la puerta de la maquinaria, mientras estaba en marcha. Metió el brazo sin percatarse de que el aparato se hallaba en movimiento. “En ese momento solo sentí un calambrazo”, apostilla la marteña.

Su brazo derecho había quedado destrozado, totalmente descolgado. En este instante fue traslada, inmediatamente, al Hospital Neurotraumatológico de la capital. Los médicos debatían la forma de evitar que ese miembro se perdiera. Fue horas después, en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla cuando encontró su salvación. Una joven cirujana llamada Aliseda Pérez, esa misma noche que la vio llegar no se lo pensó y lo intentó. Decidió operarla, una cirugía larga para su marido, su hija y sus cuñados, que aguardaban en la sala de espera. Todo podía ocurrir. Sin embargo, las noticias de la cirujana, que apareció a la mañana siguiente, devolvieron la felicidad y acabaron con esas interminables horas de angustia. María Hernández logró recuperar su brazo, le habían reconstruido toda la estructura ósea y la piel que había perdido. “Lo hizo todo por mí, no tengo palabras ni forma humana de poder agradecérselo. Gracias a la cirujana hoy tengo mi brazo. Fue una noche muy larga”, recuerda María Hernández mientras añade que, tras un mes y tres días hospitalizada en Sevilla, continúa con su recuperación en la ciudad de la Peña. “Mi vida es normal. Intento que sea normal, hago todo y lo que no puedo, me ayuda con la mano izquierda y, por supuesto, con mis hijos y con mi marido”, apostilla Hernández. Su fuerza y su valentía han sido, sin duda alguna, dos grandes alicientes para acelerar la recuperación. “Psicológicamente no me ha afectado, siempre he pensado que esto ha sido una barrera a la que me he tenido que afrontar en mi vida y ya está. Hay que superarla como otras tantas, la vida no es un camino de rosas”, concluye Hernández.