Una bendición “in itinere”

Irina Vázquez Prior nace en una ambulancia, en medio de la autovía A-44

22 nov 2018 / 09:34 H.

Poco después de las seis de la tarde, Yulema llegó con sus abuelos y sus tíos a la séptima planta del Materno-Infantil de Jaén para conocer a su hermana, Irina. Con tan solo dos años, sus pequeños brazos envolvieron a la que, desde ayer, es sin duda su muñeca favorita. La pequeña de la familia Vázquez Prior, de Campillo de Arenas, había llegado tan solo nueve horas antes, con mucha prisa y sin avisar, para llenarlo todo de sonrisas y felicidad.

Todo pasó muy rápido. Nervios, prisas y dolor en poco más de una hora y cuarto. Yomara Prior empezó a las ocho de la mañana a sentirse mal, aunque todavía le quedaban algo más de dos semanas para salir de cuentas. Todavía en la cama, cuenta, rompió aguas. Rápidamente llamó a su marido, Juan Manuel, que estaba trabajando. Apenas unos minutos después, estaban en una ambulancia para recorrer los cerca de cuarenta kilómetros que separan Campillo de Arenas de la capital. Pero Irina venía con prisa, no quería esperar al hospital. En El Oasis, área de servicio a medio camino, en plena autovía A-44, les esperaba otra ambulancia, en este caso, del 061, con un equipo médico. Continuaron hacia el centro sanitario pero, a la altura de Pegalajar, tuvieron que parar: Irina estaba naciendo. A las nueve y cuarto, esta niña hermosísima con poco más de cuatro kilos ya estaba en el mundo. Ella y su madre, aunque dolorida, se encontraban en perfecto estado. Nada que ver con su primer parto: “Estuve más de 24 horas y al final fue una cesárea”.

Juan Manuel Vázquez, el padre de Yulema e Irina, dice que fue todo muy rápido y que la atención de los sanitarios, excelente. “Critican mucho la sanidad en Jaén, pero nosotros hemos tenido una experiencia muy buena”, reconocía por la tarde, ya más tranquilo, pero todavía sorprendido de la repercusión del inusual nacimiento. Una vez en el Materno-Infantil, no dejaron de recibir visitas de familiares y mensajes de muchos conocidos que se enteraron de la noticia a través de la televisión.

Si todo va bien esperan poder volver hoy a casa. Este nacimiento en medio del camino, en el arcén de la autovía, quedará como una anécdota que, por seguro, contarán a Irina cuando crezca.