Un vecino de Frailes vive un “calvario” por los ruidos

Reside junto a un taller que ya cerró
el Ayuntamiento, pero que reabrió tras pruebas “incompletas” como denuncia

23 jun 2017 / 11:25 H.

Lo define como un “calvario”. El ruido no lo deja vivir. Cándido Arenas vive en la calle Cuesta de Frailes y, junto a su vivienda, pared con pared, funciona un taller mecánico. Los problemas de contaminación acústica por su funcionamiento habitual vienen desde hace más de un año y, reclamación tras reclamación, consiguió que, tras las mediciones de los técnicos —tanto la contratada por el dueño del local como por el afectado dieron como resultado que sobrepasaba los decibelios establecidos legalmente—, el Ayuntamiento cerrara el negocio en el mes de marzo. Cinco días después, como explica, volvió a reabrir sus puertas.

“Hizo una obra con chapa sándwich en la pared que pega a mi vivienda, una medida insuficiente porque debe tratar todas las paredes, suelo y techo”, dice Arenas. Para abrir, como explica, el propietario volvió a contratar mediciones, en este caso, como resalta, diferentes a los de la primera vez. La prueba, detalla, se hizo solo del exterior, sin acceder a su vivienda —nunca se ha negado a que entraran los técnicos, solo que aquel día no se encontraba en su domicilio, como defiende— y salió dentro de los límites legales, por lo que pudo continuar su actividad. Y los ruidos también lo hicieron y con ellos las reiteradas quejas en el Ayuntamiento y denuncias ante la Guardia Civil.

La situación es más grave de lo que pudiera parecer porque Cándido Arenas trabaja como vigilante de seguridad y tiene turnos nocturnos, por lo que necesita descansar de día. De esta forma, tras estos meses, tiene un tratamiento contra la ansiedad y para poder conciliar el sueño.

Con sus quejas, el Ayuntamiento tomó cartas en el asunto y contrató nuevas mediciones de los ruidos, unas pruebas “incompletas”, como defiende Arenas y el ingeniero acústico que lo acompaña en este camino, Luis Conchillo López. “El decreto la 6/2012 de la Junta de Andalucía sobre Contaminación Acústica determina que las mediciones que se han de realizar son para comprobar el aislamiento a ruido aéreo, a ruido de impacto y, si estas son favorables, después se harán las pruebas con las máquinas en funcionamiento”, defiende el ingeniero. En este caso, como explica, solo se hizo la segunda parte, lo que define como un “paripé”. “Al técnico, el Ayuntamiento solo le había encargado una parte de las mediciones necesarias”, añade. De esta forma, entiende que no cumplen la legalidad. Y aquí Cándido Arenas es claro: “Solo quiero que se cumpla la legalidad”. En cuanto al nivel de ruidos que soporta, según el técnico Luis Conchillo, está “por encima de 10 decibelios”. “Cuando se sobrepasan los 6 ya se considera muy grave”, apunta.

El Ayuntamiento de Frailes, a través de su alcalde, José Manuel Garrido, explica que la Administración “ha hecho todo lo que tenía que hacer”, aportada la documentación, añade, “se ha realizado todo de acuerdo como dice la normativa”. “Está todo el expediente al completo del procedimiento, avalado con técnicos de la Diputación”, añade. En cuanto a la reclamación de que no se ha ejecutado “una medición completa” que se ajuste al decreto, responde que el certificado de la empresa especializada “es totalmente claro” y se ajusta al decreto. “Yo no puedo cerrar una actividad en contra de la documentación, no puedo tomar decisiones en contra de lo que dicen las pruebas”, defiende.

De esta forma, la “única” vía que parece poder abrirse para solucionar el problema es la judicial.