Un lustro desde el ataque al Cristo de Aldeahermosa

“Circus Christi” es el nombre de una exposición fotográfica, firmada por Fernando Bayona, un jiennense nacido en Aldeahermosa, un anejo de Montizón. La muestra tuvo que ser clausurada “por motivos de seguridad”, en 2010, tras ser exhibida, gracias a la Universidad de Granada, en la Corrala de Santiago de la capital de La Alhambra. Este montaje de Bayona interpretaba los textos bíblicos mediante instantáneas en las que los protagonistas eran prostitutas o la acción tenía como escenario locales de homosexuales. Demasiado para algunos ultras que amenazaron con el boicot no solo a esta selección de fotografías. Fueron más lejos, ya que incluso, se temió por la integridad del mismo fotógrafo, que tuvo que recibir protección policial. En medio de aquel clima, Bayona se enteró, con estupefacción, de que se había atacado una obra de arte que él había realizado en su propio lugar de nacimiento. Se trata de un mural, en el altar mayor del modesto templo, que elaboró hace ya 15 años, con dos compañeros de la Facultad de Bellas Artes. Un lustro después de aquello y su trabajo sigue igual, sin que se haya restaurado, a pesar de que el Obispado de Jaén dejó clara su intención de devolverlas a su estado original.

El artista considera aún que la intención era dañar la imagen del Cristo, con una leve semejanza a él. Quién fuera que la tomó con su obra y su propia persona tuvo la paciencia y el arrojo suficiente para raspar una pintura que estaba a cinco metros del suelo. Los hechos fueron denunciados ante la Guardia Civil, pero las pesquisas no dieron resultado, aunque Bayona sospecha que el responsable no es alguien ajeno a este núcleo de población, de menos de mil habitantes. Bayona no entiende cómo se mantiene esta situación en el tiempo, y considera que es un triunfo para aquellos intolerantes que optaron por protagonizar un acto vandálico.

“Lo único que ha cambiado es que ya, por fin, me saludan por la calle, igual que a mi familia, al conocer que estoy bien visto por mi obra, con exposiciones en marcha y he ganado premios como el de El Público, de Canal Sur Radio”, reflexiona Fernando Bayona.

El portavoz del Obispado de Jaén, con el que contactó este periódico, desconocía con exactitud el motivo de que no se haya restaurado el trabajo. El encargo, con el con el consentimiento de Bayona, llegó a recaer en Francisco Galiano, uno de los autores de la obra conjunta. La línea creativa de este joven jiennense se define, según aclara él mismo, por el desarrollo de series fotográficas donde la narratividad y la conexión entre las diferentes escenas son determinantes para la comprensión de las historias. Sus imágenes se caracterizan por una cuidada puesta en escena, donde los decorados y los elementos que se insertan, son tan importantes como los personajes que desarrollan la acción, y sirven para definir su psicología. Una cuidada atención del vestuario, el maquillaje y la peluquería de los actores, así como el minucioso estudio de la iluminación son otros de los elementos que determinan su producción. Su estética, a medio camino entre la tradición pictórica clásica europea y el surrealismo, determina sus creaciones en una especie de realidad ficcionada muy cercana a la imagen cinematográfica. Esta obra, como deja claro, propone una reflexión sobre las relaciones afectivas y la identidad del sujeto.