Un efímero proyecto con lo mejor del deporte

20 mar 2017 / 11:13 H.

Justo Gámez fue testigo del nacimiento, la fulgurante progresión y el repentino final del Club Balonmano ADA Jaén. El efímero proyecto tocó la gloria al militar en División de Honor, la máxima categoría nacional del citado deporte. Gámez fue uno de los fundadores del equipo y el primer técnico, allá por 1976. En la campaña 77-78 el conjunto jugó en Primera y al final de la 78-79 ascendió a lo más alto, tras quedar campeón de uno de los grupos de la competición nacional.

El primer rival que visitó el pabellón de la Salobreja en División de Honor fue el Barcelona. De la mano del entrenador Paco Sánchez, el ADA Jaén puso el nombre de la capital en la élite del balonmano. El club, incluso, terminó cuarto, lo que, en la actualidad habría supuesto el billete para disputar la Liga de Campeones. Sin embargo, la caída fue rápida. Como recuerda Justo Gámez, a los tres años de pertenecer a División de Honor se produjo el descenso a Primera, que dio paso a un marcado declive y un abrupto fin. La disolución quedó certificada en el ejercicio 1982 para pesar de la afición de quienes alentaron el proyecto deportivo.

“Tengo grandes recuerdos. La afición iba con nosotros a reventar y toda la ciudad estaba volcada con el club. Fue algo realmente muy bonito que quedó para la historia”, apunta Gámez, quien califica de “precioso” recibir al Calpisa, el Bidasoa, el Atlético de Madrid y el Barcelona. Asimiso valora la potente cantera. Para él, el día del ascenso a División de Honor fue “el más grande”. A su juicio, la desaparición se debió “a las circunstancias”.

En cuanto a las personas, Justo Gámez evoca a internacionales como Juan Carlos Román, Eduardo Martínez —máximo goleador en División de Honor— y Rafael López León y a Carlos de Blas, Paco Sánchez, Francis Jiménez, Alberto Latorre, Alejandro Espejo, Javier Carmona, Pedro Arruti, Valentín Gete, José Barrios, José Manuel Cerezo, Manuel Sánchez Ramírez, Marcos Gutiérrez y Juan Beaus. “Había mucho compañerismo”, subraya. También valora al difunto Honorato Morente, el primer presidente, quien lanzó al equipo hasta lo más alto en el panorama balonmanístico de la época en España.