La “Chiquitilla” vuelve a casa

Dos días de devoción y convivencia entre aldeanos y ubetenses en torno a la Santísima Virgen de Guadalupe

02 may 2017 / 17:43 H.

Con la llegada y el recibimiento de la Santísima Virgen de Guadalupe, en los alrededores del llamado Molino de Lázaro, por parte de Luis Martínez Rueda, exhermano mayor de la hermandad, se pone el punto final a dos días de celebración. Los ubetenses vivieron con intensidad todos los actos, puesto que la junta directiva de la Chiquitilla del Gavellar realizó una extensa y variada programación.

La primera jornada comenzó, alrededor de las nueve de la mañana, con actividades tanto en la pedanía de Santa Eulalia como en Úbeda. En el anejo se realizó un desayuno campero, compuesto por migas cortijeras, vino y papajotes con chocolate. Mientras, en la ciudad de Los Cerros, las carrozas de diferentes colectivos y cofradías, así como los caballistas partían desde la Plaza de Andalucía y ponían rumbo hacia la aldea.

En Santa Eulalia, a las diez de la mañana, se procedió a la entronización de la patrona y alcaldesa perpetua de la ciudad, donde carrozas y caballistas mostraron su cariño a la imagen ubetense. Posteriormente, se celebró una misa, que contó con la actuación del Coro Rociero Aires de La Loma. Una vez que finalizó la eucaristía se dio paso a la ofrenda floral de los romeros, así como de fieles y de devotos de la Chiquitilla del Gavellar. A partir de la una del mediodía, se abrieron las casetas y los chiringuitos donde los ubetenses disfrutaron de unas horas de convivencia en la aldea de Santa Eulalia. Ya, a las cuatro de la tarde, y ante la imagen de la Virgen de Guadalupe, los feligreses rezaron el santo rosario. Una vez concluyó el acto litúrgico, sobre las cuatro y media de la tarde, la Virgen de Guadalupe dejó la aldea para dirigirse a Úbeda, arropada de decenas de asistentes.

Antes de ser recibida por Luis Martínez Rueda, la patrona, al filo de las siete de la tarde, se acercó a la entrada del Cementerio Municipal de San Ginés, donde los romeros rezaron una oración por el eterno descanso de los hermanos y ubetenses fallecidos. Ya en el Molino de Lázaro, Martínez, reconocido “guadalupano”, dio la bienvenida a “casa” a la patrona, con un discurso salido del corazón en el que animó a la ciudadanía a participar en cuantas iniciativas y actos surjan en torno a la Chiquitilla.

Una vez acabó el recibimiento, comenzó la procesión de la Santísima Virgen de Guadalupe, que acompañada por las romeras mayores, las damas de honor, así como caballistas y carrozas comenzaron a recorrer la carretera de Vilches, Torrenueva y Trinidad para llegar a la iglesia de la Santísima Trinidad. La comitiva estuvo acompañada por el Coro Los Reales. Vivas, cohetes y petaladas arroparon a la Virgen de Guadalupe durante todo el camino.