Aniversario “cargado” de talento
Los habitantes de la ciudad son su tesoro más preciado, pues conservan el legado recibido de sus antepasados
Fue un momento único el que vivieron los cientos de personas que asistieron a la celebración del acto institucional organizado por el Ayuntamiento ubetense con motivo del decimoquinto aniversario de la inclusión —por parte de la Unesco— de Úbeda y Baeza en la lista de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España. Y es que hasta los más pequeños siguieron con atención cada una de las intervenciones de los invitados a la cita, bien sentados en el regazo de sus familiares, sobre las piedras de la Plaza Vázquez de Molina, desde las escaleras de acceso al Palacio del Deán Ortega, a través de la pantalla gigante instalada o, directamente, desde el escenario, quizás sin ser conscientes, debido a su corta edad, del momento histórico que estaban viviendo. Algunas de las personalidades más ilustres de la sociedad ubetense participaron en este acto conmemorativo e hicieron alusiones a su niñez. Fue el caso de Ángeles Agrela o Damián del Castillo, quienes rememoraron cómo jugaban con sus amigos partidos de fútbol que eran interrumpidos por los turistas que, cámara en ristre, querían captar la belleza de la Plaza Primero de Mayo. Tampoco faltó la mención a uno de los productos más típicos de la ciudad, los ochíos, que los visitantes tienen oportunidad de probar en los distintos establecimientos hosteleros de Úbeda o que son llevados como presentes a amigos cuando los vecinos van a visitarlos. Por su parte, el aceite de oliva virgen extra también tuvo un especial protagonismo.
Asimismo, todos se mostraron orgullosos de haber nacido en Úbeda, distinción que llevan muy a gala en todos y cada uno de los lugares que visitan por trabajo. Así, presumen de patrimonio y belleza enseñando fotos de calles, plazas o palacios de la ciudad. Tal y como reconocieron todos y cada uno de ellos, se sienten afortunados de haber nacido en una ciudad única con un patrimonio excepcional que llegó hasta estos días porque otros ubetenses lo cuidaron y mimaron para dejarlo como herencia a generaciones venideras, una herencia que, según afirmaron, habían recibido y tenían que proteger para que otros locales y foráneos puedan disfrutarlo.
Igualmente, todos los artistas invitados al acto destacaron dos cosas. Por un lado, la importancia que en sus respectivas carreras ha tenido el haber crecido entre monumentos y tanta belleza artística y, por otro lado, pusieron en valor el patrimonio más importante de la ciudad, que son sus habitantes. De esta manera, el cantante Francisco Ortega afirmó: “Si por un momento pudiera ser directivo de la Unesco declararía Patrimonio de la Humanidad a todos los ubetenses”.
Uno de los momentos más emocionantes de la velada lo protagonizó el barítono Damián del Castillo, quien interpretó a capela un trozo del himno de Úbeda que puso el vello de punta a los congregados en la monumental plaza. Sin duda, fue una jornada para el recuerdo con momentos únicos que quedarán grabados en la retina de grandes y pequeños, quienes algún día podrán contar a sus descendientes que presenciaron el 15 aniversario de la declaración de Úbeda como Ciudad Patrimonio de la Humanidad”.
La alfarería es patrimonio de la ciudad, pues este oficio estuvo presente desde tiempos inmemoriales en la ciudad. Por eso, la Administración local quiso que los alfareros de Úbeda fueran los encargados de elaborar las placas entregadas a los ubetenses más ilustres que participaron en el acto institucional conmemorativo del decimoquinto aniversario de la declaración de Úbeda como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Así, entregaron las placas que singularizan parte del arte y riqueza de la sociedad ubetense.
“Es un orgullo ser parte del legado de la historia de la ciudad, que conlleva aparejada la responsabilidad de la conservación de este legado, que ya no es de ubetenses a ubetenses, sino de ubetenses al mundo entero”.
“Úbeda no es de esos lugares en los que se visitan algunos monumentos, sino que toda la ciudad tiene una configuración que la dota de una belleza inmensa que permite que cualquier rincón sea espectacular”.
“Hace quince años, nadie creía en la posibilidad de ser Patrimonio de la Humanidad. La gente que empezó esta aventura era como Quijotes luchando contra molinos. Hoy es una oportunidad de abrir la ciudad al mundo”.
“Mis orígenes han influido mucho en mi profesión. Me siento muy ubetense y llevo mi ciudad por bandera. Además, siempre que puedo intento volver a casa cada vez que mis compromisos profesionales me lo permiten”
“Yo mismo ofrecí 62 conferencias hablando de Úbeda y Baeza por toda España mientras se tramitaba el expediente de ambas ciudades. Hoy, solo resta pedir a los ubetenses que sigan conservando el rico patrimonio heredado”.