Santiago-Pontones quiere más niños por sus calles

Las parejas tendrán una ayuda de 800 a 1.600 euros por nuevo hijo

08 nov 2017 / 08:43 H.

La nueva ordenanza está en proceso de aprobación y todavía no se pueden solicitar las ayudas, pero “pinta” bastante bien. De hecho, su aprobación contó con la unanimidad del pleno y muchos vecinos empiezan a interesarse por esta nueva medida. Santiago-Pontones, uno de los municipios más peculiares de la provincia —está en el corazón de la sierra, a tres horas de una ciudad y lo forman más de cien núcleos de población en los que viven algo más de 3.000 vecinos— quiere más niños por sus calles. Desde el equipo de Gobierno, con Pascual González al frente, no dejan de dar vueltas a la tarea de frenar la despoblación y rejuvenecerla. Una de las cuestiones que tienen sobre la mesa es la baja natalidad y, en la medida de las posibilidades y competencias de las que disponen, como reconoce su alcalde, han creado unas ayudas para el fomento de la natalidad.

“Sabemos que, evidentemente, no es la solución para la despoblación”, reconoce el alcalde, ya que, como explica, este es un problema “muy complejo” que debe afrontarse desde las diferentes administraciones y desde áreas transversales, pero sí puede suponer un “revulsivo”. Y en un municipio, como dice, en el que más de 1.200 personas —de los 3.229 habitantes censados en 2016— tienen más de 65 años, como resalta, toda apuesta por la natalidad es bienvenida. Estas ayudas serán de entre 800 y 1.600 euros y podrán acceder a ellas las parejas que hayan tenido un descendiente desde el 1 de enero de 2017. La cantidad final dependerá del número de hijos y de la renta, o si se sufre algún tipo de discapacidad, como apunta Pascual González. “Para todo este año ya estaba presupuestado, con una partida de unos 8.000 euros, y se mantendrá durante los próximos”, explica. Y si nacen más niños, tendría que crecer esta cantidad: “Ojalá que tuviéramos que subirla a más de 20.000 euros”.

“Una vez que nazca el niño, tendrán dos meses para solicitarlo”, destaca. Como por el momento está en proceso de aprobación definitiva, resalta que los nacidos en los últimos meses podrán pedirlo en cuanto la ordenanza esté vigente. “Nos están preguntando, pero todavía no se puede solicitar. No habrá problema en hacerlo cuando esté la ordenanza, aunque ya sea 2018”, añade.

En los meses que van de 2017, han nacido en el municipio “9 o 10 niños”, una cifra que, como asegura el alcalde, en la línea de los años anteriores. Y muy significativa si se compara con la de defunciones: “Suelen estar entre las 70 a 75 al año”.

“Somos conscientes de que el envejecimiento de la población y la despoblación del mundo rural es un problema global, al que nos enfrentamos todas las administraciones y que se tiene que afrontar de forma transversal desde todas las áreas. Esta no es una solución pero sí una forma de ayudar y poner, dentro de las posibilidades del Ayuntamiento, de nuestras competencias, una pequeña aportación”, reflexiona.

En cuanto a la tarea de fijar la población al territorio, se complica. “Somos conscientes de que el acceso a los servicios y al empleo son esenciales”, explica, aunque intervienen muchos factores. Y resalta una cuestión que no es baladí: “Estamos en un sistema que formamos a la gente para que se vaya del mundo rural. Es una realidad”. Y lo ejemplifica con jóvenes que se forman como ingenieros y médicos y su futuro profesional está alejado, en la mayoría de las ocasiones, de sus lugares de procedencia, más si son del mundo rural. “Es un problema bastante complejo y que nos afecta a todos, asegura el alcalde de Santiago-Pontones.

Más de la tercera parte de los habitantes supera los 65 años

Santiago-Pontones no es el único municipio que fomenta la natalidad con ayudas directas pero sí, como reconoce su alcalde, Pascual González, con cantidades “más altas” que en otros lugares. En este caso, estarán entre los 800 y los 1.600 euros. Todavía están lejos de los 2.500 euros del “cheque-bebé” de Zapatero, que recibieron los españoles que fueron padres desde 2007 y casi durante tres años. Pero sea la cifra que sea, “animar” a la natalidad es clave en un municipio en el que más de la tercera parte de los vecinos tienen más de 65 años. “De los 3.200 habitantes, son unos 1.200”, dice el alcalde. Una población envejecida, con una tasa de natalidad muy baja y un saldo negativo entre defunciones y nacimientos.

Pero esta cuestión común a prácticamente todas las áreas rurales solo es uno de los condicionantes que hacen de Santiago-Pontones un municipio peculiar que requiere de medidas especiales. Como dice su alcalde, cumplen las tres “d”: despoblamiento, una densidad poblacional muy baja —unos cinco habitantes por kilómetro cuadrado— y una diseminación muy grande de la población —lo conforman 102 núcleos de población y más de la mitad de sus habitantes vive en Santiago de la Espada—.