Raza en el corazón de Segura

Las fiestas de la Virgen del Campo congregan a gran número vecinos y visitantes

07 sep 2018 / 09:16 H.

En medio de un mar de olivos escondido como un oasis en el desierto bajo la sombra de las majestuosas montañas de la Sierra de Segura aparecieron bajo la enorme expectación de centenares de personas dos jóvenes reses bravas guiadas por caballistas, mansos y todoterrenos. Vecinos y visitantes de Torres de Albanchez, el municipio que se erguía como vigía desde la altura, se apostaron en medio de la carretera de La Puerta de Segura en la que una fila de vehículos se antojaba interminable.

Una escolta de personas, jóvenes en su mayoría, anunciaron la llegada de los animales por un pequeño carril, seguidos de un séquito de motos y quads que no querían perder detalle. Las reses, esta vez, no hicieron demasiado caso a sus espectadores y pasaron como un rayo, siguiendo el camino que marcaban los caballos y los mansos. Durante más de media hora estuvieron las vaquillas campando por el campo, un recorrido largo, mientras todos los asistentes a este particular encierro corrían hacia sus coches para encontrar el mejor sitio ya en las calles de Torres.

Los palos instalados para la contención de los animales durante el recorrido del encierro estaban a rebosar, nadie quería perderse este día especial en las fiestas del municipio. Pero no solo los vecinos, todos los pueblos colindantes y cercanos de la Sierra de Segura estaban presentes en esta cita. La plaza de toros, aunque no demasiado grande en dimensiones, tiene una belleza especial. Y es que era lo más parecido a un anfiteatro romano, sus gradas se alzaban hasta fundirse con los árboles de la sierra. Sin embargo, en este coso no hubo luchas ni sangre, solo diversión, a excepción de una acalorada discusión entre dos personas mayores en las gradas que se terminó en seguida con una enorme pitada del público y la intervención de la Guardia Civil.

Los protagonistas estaban en el ruedo, los animales no pusieron demasiado de su parte, pero los más valientes no dejaron de intentar recortes, incluso algún tímido salto con las vaquillas. La tarde se desarrolló entre risas, música a cargo de una animada charanga y aplausos para los jóvenes aficionados al mundo taurino. El único incidente sucedió con la última vaquilla, cuando un hombre fue arrollado por el animal y tuvo que ser intervenido por los servicios sanitarios por un mareo a causa del golpe.

Siguiendo la más pura tradición serrana, los habitantes de la villa disfrutan estos días de la fiestas en honor de la patrona de Torres de Albanchez, la venerada Virgen del Campo, cuyas celebraciones más características se celebran en mayo, pero los vecinos se sirven estos días vacacionales para festejar su feria de verano. Esta tarde, de nuevo, las vaquillas volverán a correr por el campo para llegar a las calles del pueblo, donde les esperarán otro numeroso grupo de personas. Estos días el municipio entero está en la calle y las visitas no cesan durante el día ni durante la noche.

Diario JAÉN acompañó a los habitantes de este maravilloso rincón de la Sierra de Segura dentro de su ruta festiva por la provincia para entregar un recuerdo de estas fiestas en honor de la Virgen del Campo, una pañoleta roja con el nombre de Torres de Albanchez del que muchos jóvenes se sirvieron para citar a las vaquillas y otros, simplemente, se lo colgaron a sus cuellos como mejor atuendo para estos encierros. El calor dio un respiro durante la tarde, aunque el sol brillaba con fuerza, pero la excelente ubicación en plena sierra dio cobijo a todos para disfrutar de un gran día para una tradición que se celebra en numerosos municipios de Jaén.