¡Pin, pon, fuego, carbón!

San Antón reúne a los aldeanos en la calle para disfrutar de sus tradiciones

18 ene 2019 / 12:02 H.

San Antón, como es tan viejo, tiene barbas de conejo. Y su abuela Catalina tiene barbas de gallina. ¡Pin, pon, fuego!”. Un año más, Aldeaquemada fue fiel a su cita con San Antón, con su procesión matinal, su comida de convivencia y los cantes y bailes en torno al fuego, al caer la tarde. La receta perfecta para una noche fría en el corazón de Despeñaperros, pero a la que los aldeanos no quieren renunciar. Así, vivieron una intensa jornada festiva para conservar esta tradición, tan arraigada por toda la provincia. El santo protector de los animales reunió a los vecinos en el “corazón” de la población, su Plaza de la Constitución, que bulle en cada fiesta.

Allí, desde la noche anterior, una enorme montaña de leña y ramas aguardaba a la llegada del esperado 17 de enero. Como es costumbre, cuando el sol brilla en lo más alto, a las doce del mediodía, comenzó la eucaristía en su parroquia de la Inmaculada Concepción para después recorrer las calles en la procesión con San Antón. Sin apenas tomar aliento, llega el momento del aperitivo que comparte todo el pueblo. En cuestiones gastronómicas, esta fiesta tiene, como nota característica en Aldeaquemada, el reparto de roscos de pan con matalaúva, que hace las delicias de propios y foráneos. Y, cuando llega la tarde, el protagonista es el fuego. Prendida la lumbre en medio de la plaza, la tradición es cantar en corros en torno a la hoguera. Son canciones populares, como los melenchones de Jaén, como “San Antón... Pin, pon, fuego, carbón”, propia de la cultura de Aldeaquemada. Y se canta, se baila y se disfruta en torno al fuego, que de eso trata la cuestión.

Y, para terminar, fuegos artificiales para iluminar el cielo en la mágica noche de San Antón.