Peal registra una cuarentena de miniterremotos en solo un mes

Sorpresa entre los vecinos, que no han notado ninguno de los temblores

05 may 2016 / 11:30 H.

Sorpresa es la palabra que podría definir el estado en que se sienten buena parte de los vecinos de Peal de Becerro que ven cómo, en los últimos días, su municipio se convierten en foco de atención. No lo entiende porque, en realidad, ellos no han notado nada y han hecho su vida cotidiana sin variar ni un ápice. Quien sí ha notado una “irregularidad” es el Instituto Geográfico Nacional. Sus sensores han detectado cerca de cuarenta miniterremotos en el núcleo de población en menos de un mes. “Nosotros no hemos notado nada y nos hemos enterado por vosotros, por los medios de comunicación. La verdad es que llamé a la Policía Local para ver si hay incidencias, pero nadie ha notado nada”, explica la alcaldesa pealeña, Ana Dolores Rubia.

Y es que, como ella misma confiesa, Peal de Becerro no es un pueblo que se caracterice, precisamente, por tener una intensa actividad sísmica. “Sí que es cierto que tenemos cerca Torreperogil y Lorca, en Murcia, está relativamente cercano, pero en ninguno de los episodios que han vivido, nosotros hemos notado los temblores” relata Rubia. Por eso, la nota predominante entre los vecinos es la de tranquilidad absoluta, tal y como reconoce.

Los que están más activos son los sensores de movimiento del organismo nacional, que no paran de contabilizar pequeños temblores. El primero de todos lo detectó el 17 de abril, a las 21:24 horas, y tuvo una magnitud de 1,3 grados. A partir de ese momento, se sucedieron, hasta la mañana de ayer, otros 37 movimientos, algunos muy seguidos. Así, según el recuento realizado por el Instituto Geográfico Nacional, entre el 23 y el 26 del mes pasado, se produjeron otros 8 miniterremotos, el mayor de intensidad 2,1. Pero la mayor concentración se dio, precisamente, la semana pasada. Solo el 1 de mayo se vivieron 7 temblores, uno de ellos de magnitud 2,6, que ya empieza ser más considerable. Los últimos días de abril se sucedieron otros 10. La serie sísmica siguió ayer, con dos movimientos, uno a las 08:59 horas y el segundo a las 09:18, de intensidad 2,1 y 2, respectivamente.

Aunque Peal de Becerro concentre, en estos momentos, el foco de atención, lo cierto es que, de acuerdo con las observaciones del Instituto Geográfico Nacional, otros seis municipios de la provincia han sentido movimientos. Son Larva, Quesada, Torreperogil, Baeza, Fuensanta y Baños de la Encina. De esta manera, durante el mes de abril y en lo que va de mayo, contando los de Peal de Becerro, el mar de olivos ha sentido 51 miniterremotos. El más importante, de 2,7, se produjo en Larva el día 28, a las 21:35 horas.

La magnitud de un terremoto es la energía sísmica liberada en cada temblor y se basa en el registro sismográfico. Es una escala que crece en forma potencial, de manera que cada punto de incremento puede significar un aumento de energía diez o más veces mayor. Una magnitud 4 no es el doble de 2, sino que es 100 veces mayor. De esta manera, los movimientos de entre 3,5 y 5,4 se suelen sentir, pero, a menudo, solo causan daños menores. Cuando va de 5,5 a 6 ya se puede decir que ocasiona daños ligeros a edificios. En cuanto sube de magnitud, los desperfectos y peligrosidad se disparan.

Por otro lado, está la intensidad, que se mide en números romanos. Un temblor I supone una sacudida sentida por pocas personas. De nivel II, se detecta en los pisos altos de los edificios. Es cuando los objetos suspendidos pueden oscilar. Al llegar al III, se nota claramente en los interiores. Los vividos en Jaén no llegan al primer nivel.

el detalle

torreperogil. El 20 de octubre de 2012 es la fecha en que la Universidad de Jaén considera que comenzó la serie sísmica de Torreperogil. El informe emitido no encontró evidencias de que la técnica conocida como “fracking” fuera el origen de la sismicidad. Entendieron que la responsabilidad era de las fallas. Parecen ser las causantes de los terremotos podrían ser, al menos, dos estructuras paralelas, separadas entre 1 y 2 kilómetros de distancia.