Pasión que supera la barrera

Las reses bravas son las protagonistas el penúltimo día grande de las fiestas

24 ago 2018 / 12:05 H.

Gritos, emoción y mucho sentimiento. Es la esencia de la fiesta en honor a Santa Águeda en el municipio jiennense de Sorihuela de Guadalimar, que alcanza hoy su día grande. Pero para llegar hasta aquí también han tenido que pasar momentos cruciales del festejo, sobre todo el encierro de las reses bravas, protagonista ayer del festejo.

El día empezó con el encierro de las reses bravas, a las diez de la mañana. Una gran afluencia de público acudió a la cita, esperada durante todo el año para disfrutar de la tradición y la cultura del municipio. Las siete de la tarde los toros volvieron a salir a las calles del municipio y compartir espacio con sus vecinos. En esta ocasión para la tradicional suelta, que empezó pasadas las siete de la tarde. El ambiente festivo se había contagiado ya en todo el lugar y los gritos y las exclamaciones resonaban con fuerza en las paredes de los edificios de Sorihuela, silentes testigos de la emoción que arraigaba y hacía brincar las piernas de sus habitantes. Los más valientes se acercaban, no sin cierto respeto, al animal, para demostrar su valor con elegantes gestos frente a la res. Hubo varios instantes de tensión, de aguantar la respiración y suspirar con fuerza al descubrir que, con fortuna, no había habido ningún herido ni ningún susto importante. Tan solo la sangre, corriendo bajo la piel a toda velocidad, en uno de los actos que más público atrae todos los años al municipio.

Tras concluir las carreras, llegó el turno de la fiesta más tranquila, con una verbena popular en la Plaza de España, a partir de las doce de la medianoche, amenizada por la orquesta “Moliere Show”. Un pueblo unido y entregado a la celebración por Santa Águeda, cuyo fervor se vive hoy en sus calles, desde primera hora de la mañana.

A las nueve está previsto el volteo general de campanas y disparo de cohetes en el albor del día grande de la feria y fiestas de Sorihuela. A las diez, de nuevo, las reses acaparan la atención en un encierro. A las dos de la tarde, es hora de recuperar las fuerzas para continuar con la celebración, por lo que se ha organizado en la Plaza de España una degustación de caldereta de carne de novillo. A las seis, suelta de reses bravas.

La misa en honor a la patrona Santa Águeda, cantada por el coro parroquial, es a las ocho de la tarde, seguida de la procesión de la antiquísima imagen por las calles del pueblo. Al dar las doce campanadas, la verbena vuelve a reunir al pueblo en la plaza, con la orquesta “Garden Show”. Los fuegos artificiales son a la una de la madrugada y, después, fiesta hasta que el cuerpo aguante.