La variante de Arjonilla mira a Sevilla en busca de su final
Las pancartas de la primavera de 2012 abandonan los cajones y vuelven a pender de los balcones, signo de un municipio indignado. Resurge un movimiento de protesta que, como el objeto de sus iras, duerme el sueño de los justos. Los vecinos de la Campiña Norte alzan la voz, una vez más, para exigir la terminación de una obra que debió estar acabada en 2010. Es la variante de Arjonilla, un proyecto pendiente de algo tan simple como una firma.
Para entender el malestar de todo un pueblo hay que hacer un repaso a la hemeroteca. Los trabajos de la carretera —una vía de seis kilómetros que discurre por una zona de olivar, al sur del término municipal— comenzaron en 2009. Por aquel entonces, los técnicos se dejaban la piel en la intervención, que debía estar concluida en 2010. Estos operarios fueron contratados por una unión temporal de empresas (UTE) entre Jarquil y TC 16 Ingenierías. Los carteles de ambas firmas acumulan polvo a la entrada de Arjonilla, allí donde, desde hace cuatro años, debería haber una rotonda.
Con el recrudecimiento de la crisis, una de las empresas se vio obligada a declararse en concurso de acreedores. A partir de ese momento, el matrimonio derivó en divorcio y, en el camino, dejó desamparados a los cuatro mil habitantes de Arjonilla. Cerca de 30 reuniones no han bastado para llegar a una solución. Así, desde 2010, los trabajos entraron en la vía muerta en la que todavía se encuentra. Según reconoce el propio Gobierno autonómico, restan pocos meses de trabajo —la rotonda de acceso al municipio, asfaltado y colocación de la señalética vertical, básicamente—. El problema reside en que la obra entró en suspensión, y, ahora, requiere de una firma del viceconsejero de Obras Públicas o la consejera, Elena Cortés, para continuarlas. El dinero no es problema. De una inversión de seis millones de euros quedan por “gastar” poco más de uno y medio, y el compromiso es hacerlo.
Lunes. Como del dicho al hecho hay un trecho, los vecinos de Arjonilla exigen hechos concretos. Por eso, desempolvan las pancartas y, si hace falta, irán hasta Sevilla a exigir lo que consideran justo. De momento no será necesario. El delegado de Fomento y Vivienda, Juan Antonio Sáez Mata, viajará, el lunes, hasta la capital hispalense, para participar en la reunión de coordinación de Fomento, en la que uno de los puntos principales del día es, precisamente, terminar la variante.