Navas reabre su coso con un homenaje a Enrique Ponce

El torero descubrirá un busto en su plaza en unos actos que comenzaron con la inauguración de la enfermería

26 may 2018 / 10:37 H.

Era 28 de mayo, pero de 1993. El lunes, se cumplirán 25 años. Ese día, Enrique Ponce organizó un festival taurino en el que hicieron el paseíllo César Rincón, Joselito y él mismo, junto con un niño de ojos despiertos que era becerrista y se anunciaba como Rafaelillo. También torearon sus apoderados: Luis Álvarez, Enrique Martín Arranz y Juan Ruiz Palomares. Lo importante era llenar la plaza y así ocurrió. Con el dinero que se reunió, Navas de San Juan puso en marcha su guardería de temporeros, en la que miles de naveros han dejado desde entonces a sus pequeños para que se quedaran bien cuidados mientras que iban al campo a coger aceituna.

Solo es un ejemplo, pero hay más. “Enrique Ponce es un vecino más. Vino con 12 años y ha ayudado a mucha gente. Lo queremos mucho y lo vemos habitualmente. Estamos muy orgullosos de él. Aquí creció como torero y como persona”, dice el alcalde de Navas de San Juan, Joaquín Requena. Precisamente, hoy, a partir de las doce y media de la tarde, está prevista la reinauguración de la plaza de toros después de unas profundas obras que posibilitan dar, otra vez, corridas de toros y novilladas sin picadores. Se han hecho con jornales del Plan de Fomento del Empleo Agrario.

Enrique Ponce será el encargado de reinaugurar, junto con el alcalde, Joaquín Requena, el coso taurino. Seguidamente, acudirán a una plaza aledaña al coso, que pasa a denominarse Plaza Enrique Ponce, donde también se descubrirá un busto del torero.

Actos previos. No obstante, ayer comenzaron las actividades festivas en Navas de San Juan. El cirujano taurino Rafael Fuentes Martos ofreció una interesante conferencia, que sirvió como acto cultural previo a la inauguración de la enfermería de la plaza de toros, que se ha reformado completamente y se le ha añadido una habitación más. Rafael Fuentes Martos pidió que se guardara un minuto de silencio en memoria de Rafael Vila, maestro de cirujanos taurinos y médico de la Real Maestranza de Caballería, que falleció hace unos días. Luego, abordó su afición taurina —que debe a su abuelo— y comparó las máximas del toreo —parar, templar y mandar— con las de la cirugía, que son explorar, operar y rehabilitar. Tampoco se olvidó de las cornadas más graves que se han operado en la enfermería de Navas de San Juan, como la de Ismael Cuevas o Cuqui de Utrera.