Multitudinaria vuelta a casa

Gran cantidad de devotos acompaña el regreso de la Virgen a la ermita de Cuadros

29 oct 2018 / 11:33 H.

Cuadros es un paraje especial, ubicado al abrigo de Sierra Mágina. Conocido por sus valores naturales, como el adelfal y el río homónimos para los vecinos de Bedmar y otros fieles de la comarca el nombre evoca también otra realidad más vinculada con lo espiritual y la religiosidad popular. Ahí, se encuentra la morada de la Virgen de Cuadros, patrona del municipio.

Si la llegada de la imagen mariana al casco urbano marca el comienzo del otoño, su regreso, un mes después, se produce ya bien entrada la estación cuando, como ocurrió ayer, se prodigan el frío y las precipitaciones. Cientos de bedmarenses y visitantes se implicaron en el traslado de regreso a Cuadros, una romería marcada por su carácter sentimental. “Las emociones están presentes en cada momento y cada rincón”, subrayó el alcalde, Juan Francisco Serrano, satisfecho con la numerosa participación de la celebración.

La romería fue, como de costumbre, vibrante. Desde primera hora, los devotos se arremolinaban en la iglesia de la Asunción y sus inmediaciones para preparar la esperada peregrinación. La salida se produjo en torno a las ocho y media de la mañana. El cortejo tuvo una parte urbana y otra rural. Por las calles, Nuestra Señora estuvo acompañada del copatrón, San José y esposo de María. Juntos recorrieron la serpenteante trama de calles y rincones hasta desembocar en el peñón que lleva el nombre del Carpintero, padre putativo de Cristo. Allí se produjo uno de los momentos más singulares e intensos, la despedida. Con ambas imágenes muy cerca se formalizó la separación entre ambos.

La banda de música de Bedmar, que estuvo presente en este primer tramo del recorrido, se unió en el tramo final. A unos doscientos metros del santuario, en la zona del puente volvió a unirse a la comitiva. Con la llegada a la ermita serrana culminaban cuatro kilómetros. El avance es tan espacioso que el cortejo no llegó hasta pasado el mediodía.

A pesar de los cielos plomizos y amenazantes, que envolvían un ambiente meteorológico gélidos —que contrastaba con el calor y el fervor de los creyentes—, el tiempo respetó la marcha y la romería culminó incólume el itinerario previsto. Después sí hubo algunas precipitaciones, que deslucieron el cierre de la celebración. No obstante, la misa de clausura de la romería, oficiada por el párroco de Bedmar, Juan Guerrero, resultó muy concurrida. Los cultos tuvieron otras citas señaladas en la novena, que ocupó toda la semana pasasada.

La peregrinación en honor de Nuestra Señora de Cuadros es referente en la provincia por su participación y antigüedad. De hecho, hay constancia de su existencia desde el siglo XVI. Las mujeres desempeñan un papel destacado en la romería y son ellas quienes trasladan sobre sus hombros a la patrona de Bedmar, sin que las cuestas y los recodos que se prodigan tanto en el pueblo como fuera de él sean óbice para su marcha. Una de las vertientes más importantes de la manifestación colectiva radica en la convivencia. Los vecinos de Bedmar reciben con los brazos abiertos a los hijos del pueblo que tuvieron que emigrar y a fieles de Sierra Mágina y otras procedencias.