Muestra de amor a su Cristo

Jornada intensa en la serranía con la romería del Cristo de Chircales

06 may 2019 / 16:57 H.

Amanecía en la serranía, comenzaban a crujir los cohetes en un cielo despejado, cada vez más azul con un sol que quería colaborar con lo que estaba por acontecerse, los vecinos de Valdepeñas se levantaban tempraneros para acudir a su cita histórica, arrancaba una nueva romería del Cristo de Chircales. Hace ya casi ochenta años que se repiten las mismas escenas cada mes de mayo, con algunos cambios, el más importante, la llegada de más gente cada romería que quieren ver y acompañar en procesión a su Cristo, el mismo que levanta pasiones por toda la comarca y fuera de ella.

Con los primeros claros, las carrozas, este año más de treinta, arrancaron su desfile por el municipio ante la curiosa mirada de los vecinos que no quieren perderse ningún detalle del trabajo de los romeros. Para compensar las horas de esfuerzo, el Ayuntamiento les obsequió con un jamón y una caja de cerveza a cada una de los carruajes. Tras un primer desfile, se recogieron a las distintas autoridades y comenzó el ascenso hasta la ermita, donde el Cristo los esperaba para lucirse entre sus fieles. Antes, la comitiva partía hasta el río de los Corteses. Llegó entonces el momento del principal acto religioso de la jornada con la celebración de la misa, acompañada de las armoniosas voces del coro parroquial. Una vez finalizada, comenzó el momento más esperado, los cientos de fieles se fundieron con el Cristo para acompañarlo en una breve, pero sumamente intensa procesión, entre vivas y palmas. De esta romería hay que destacar que desde 1940, se celebra cada mes de mayo con una creciente devoción que se traduce intacta de generación en generación.

De vuelta el Cristo de Chircales a su ermita, el disfrute se hizo con el protagonismo. Los grupos de familiares y amigos, muchos de ellos provistos de viandas, se repartieron por el campo para compartir unas horas de alegría y confraternización con los vecinos de los municipios de alrededor. Decir de esta jornada que es única no es exagerar, puesto que la romería en honor del Santísimo Cristo de Chircales es uno de los acontecimientos más importantes de Valdepeñas, resultado del buen hacer de la cofradía en colaboración con el Ayuntamiento y sus feligreses, así como de las fuerzas de seguridad que velan para que la jornada se desarrolle con total normalidad. Con la caída del sol, llegó el momento de despedirse del Cristo con un paso obligado por la ermita para ofrecerle una última oración. No será hasta septiembre cuando deje la ermita para pasar unas semanas en Valdepeñas, otro de los grandes momentos del año para las almas que habitan en el municipio. Eso sí, que nadie se preocupe, el Cristo de Chircales pasa muy pocas jornadas en soledad, puesto que raro es el día que no es visitado por algunos de sus incondicionales.