Movimiento para abrir las fiestas

No fue tan multitudinaria como la San Silvestre Vallecana, pero más de doscientas personas corrieron en Huesa por una buena causa. La primera edición de la prueba solidaria que lleva el nombre del patrón y santo más conocido del último día del año dio realce al comienzo de las celebraciones. El ambiente fue tal que hubo corredores con gorro, traje o barba de Papá Noel y otros con cuernos de reno. Entre los participantes se encontraban el actual alcalde, Ángel Padilla, y uno de sus antecesores, el también socialista Francisco Javier Gómez, quien, pese al duro trance que tiene por delante —debe ingresar en prisión antes del 8 de enero— quiso acompañar a sus convecinos, de los que recibió muestras de afecto.

El carácter altruista de la competición hizo que cada inscrito aportara un kilo de alimentos no perecederos para su entrega a Cáritas y que la recaudación —descontado el coste de dorsales, camisetas y regalos— se done al colectivo de familias de niños con cáncer ALES. Los ganadores fueron Alba Padilla y Antonio Padilla, en infantil, y Paloma Sánchez de Cueto y Javier Meléndez, en adultos. Ángel Padilla entró el último, para acompañar a quienes tenían dificultades para llegar a la meta. El munícipe dio las gracias, por su colaboración en la actividad, a Protección Civil de Jódar, Cruz Roja de Úbeda, agentes de la Policía Local y la Guardia Civil y voluntarios.

La presencia de los “cargos”, personas ataviadas con indumentaria militar, ambientó la velada. El tambor, el veterano Domingo Monje —quien toca el instrumento desde que era joven— hace sonar la percusión, en compañía del alférez, el capitán y el sargento, jóvenes, quienes llevan la vara, la bandera y otros elementos propios de la fiesta.

Diario JAÉN acude hoy, en el día grande, a su cita con los huesenses. Vecinos y visitantes tienen la oportunidad de conseguir una medalla de San Silvestre, junto con su ejemplar del día, por solo treinta céntimos de euro más. Se espera una alta participación en una convocatoria que tiene unos orígenes que se pierden en el pasado. Como explican Ángel Padilla y el concejal de Festejos, Pablo Carmona, todo apunta a que las raíces, igual que la tradición de los “cargos”, están vinculadas con la presencia de un destacamento militar durante la época de la Reconquista. No en vano, en esta zona se libró, en el siglo XIV, la Batalla de Linuesa, en la que los castellanos salieron victoriosos frente a las tropas nazaríes que rebasaron el Guadiana Menor.