Pasión por los vehículos clásicos

Once socios forman la asociación “Amigos del Seat 600 y clásicos de Martos”

30 ago 2016 / 13:00 H.

Once socios se embarcaron, a finales del año pasado, en la creación de la asociación cultural “Amigos del Seat 600 y Clásicos de Martos”. La mayoría procede de otras asociaciones de aficionados a los coches clásicos, con los que mantienen muy buenas relaciones y comparten jornadas de convivencia en armonía durante sus concentraciones, pero reconocen: “Echábamos de menos una asociación en Martos, que además es el único Ayuntamiento de la comarca que bonifica el 100% del impuesto de circulación a los vehículos de más de 25 años”.

Todos ellos reconocen ser unos auténticos enamorados de los coches y las motos clásicas, cuyo mantenimiento pasó de ser un simple hobby a convertirse en toda una pasión. Además, coinciden en la importancia de preservar el patrimonio automovilístico por tener “una gran carga de recuerdos familiares”. De esta forma, Francisco Javier Ortega, presidente del club, reconoce que su primer coche le vino de familia y hoy tiene un Seat 600 y un 127 que cuida con esmero. Antonio González también tiene un Seat 127, un Renault 8, un Mercedes 300-D y una Montesa Impala de los años 70, y comenta que su primer coche lo recibió de manos de su abuela.

Manuel Ruiz, que se declara más motero, nos habla de su Seat 600 y de una Montesa Brío 80 que perteneció a su tío y que estaba arrumbada en un trastero. “Me costó muchísimo encontrar piezas para ponerla en funcionamiento, pero finalmente pude darla de alta y rehabilitar su matrícula original”, comenta orgulloso Ruiz, que comenzó a interesarse por los vehículos clásicos en 1993 de la mano de sus amigos Máximo Ruiz y Alfonso Contreras. Emilia Martos es la única mujer de la asociación, aunque espera no ser la última, con su Volkswagen Escarabajo de los años 70. Por su parte, Gabriel Armenteros recuerda que conoció la playa por vez primera en uno de sus vehículos, con el que además aprendió a conducir, aunque reconoce que siempre le gustaron más las motos que los coches. Emilia atesora hoy un Seat 600 y un 127 junto con un Citroën 2 cv, además de una Vespa 200 y una moto BMW de los años 90.

Según Francisco Javier Ortega, presidente del club: “En la nueva asociación somos un grupo de amigos que compartimos nuestra afición por los vehículos clásicos y aprovechamos cualquier ocasión que se nos presente para organizar quedadas o aceptar cualquier invitación para mostrar en público nuestros recuerdos sentimentales, que ya forman parte del patrimonio automovilístico”. La asociación espera que cada vez sean más los amantes de los clásicos.