Jornada de buen ambiente navideño en el belén viviente

La pintoresca iniciativa consigue una gran acogida entre los tuccitanos

30 dic 2019 / 16:32 H.
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Los grupos parroquiales de San Amador y Santa Marta organizaron el primer belén viviente de la Ciudad de la Peña. Una actividad navideña de hermanamiento a la que se sumaron distintos colectivos vecinales y musicales de la ciudad y alrededores. Los tuccitanos que se dieron cita en el belén viviente disfrutaron de una jornada de buen ambiente y en la que aprovecharon para contemplar cómo sería el portal, que protagonizaron unos jóvenes San José y lVirgen María, junto a un “pequeño angelito” que encarnaba al recién nacido Niño Jesús.

El acto tuvo lugar en el barrio de la Cornacha, concretamente en la plazoleta de la parroquia de San Amador y Santa Ana, y contó con la proclamación del primer pregón de la Navidad y la actuación de diferentes coros que interpretaron villancicos. El pregón estuvo a cargo de dos jóvenes tuccitanos del grupo parroquial “Kairós”, quienes ensalzaron los valores de la Navidad y resaltaron el espíritu de fraternidad que simboliza esta efeméride. Asimismo, el párroco de Santa Marta, Carlos Moreno, también tuvo unas entrañables palabras de agradecimiento a los colectivos organizadores por la buena acogida de la iniciativa y aprovechó para animar a que los marteños vivan con fe y armonía la llegada del Mesías.

Al respecto, distintos colectivos del barrio de la Cornacha y de la Ciudad de la Peña se implicaron en su organización —que probablemente vuelvan a llevarla a cabo por su éxito— para que la plazoleta de San Amador viajase en el tiempo hasta convertirse en el belén de hace más de dos mil años y, así, darle al distrito una mayor dinamización y revitalizarlo con esta actividad, en la que reinó el ambiente navideño y el hermanamiento entre los vecinos.

Durante la velada, los paisanos disfrutaron de las actuaciones de distintos coros, que pusieron la nota musical al encuentro, como el de “Amigos para Siempre”, de la Virgen de Fátima, una formación musical pintoresca, cuyos componentes proceden de las aldeas del Rihuelo, Villarbajo y Fuensanta de Martos, además, del coro parroquial de la Asunción o el coro romero “Amigos del Camino”, de la Virgen de la Victoria. Formaciones que con la interpretación de sus villancicos amenizaron la velada, mientras alrededor de las fogatas —que ayudaron a paliar las bajas temperaturas— los tuccitanos cantaron y bailaron. Asimismo, para los más pequeños se instaló un taller artesanal de pulseras y para los más grandes, dos barras de bar en las que se sirvió comida caliente, desde churrascos hasta castañadas asadas, y también bebidas para que los asistentes calmaran su sed y pudieran seguir cantando villancicos. De esta forma, los marteños compartieron una tarde única e inigualable, en la que sintieron y se embriagaron del espíritu navideño, además de compartir risas.

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