el maestro de ceremonias de la feria chica

La asociación La Plaza-Santa Marta rinde homenaje a los Hogueros Mayores, dos parejas de vecinos

25 jun 2016 / 11:11 H.

Una hora antes del encendido de la hoguera de San Juan, en la engalanada Plaza de la Constitución, se rindió homenaje a dos parejas de vecinos formadas por Luis Miranda y Carmen Martínez y Francisco Melero y Esperanza Callejón. Los nombraron Hogueros Mayores 2016, “por su generosa y abnegada labor a favor del vecindario”. Fue sobre el escenario dispuesto enfrente de la iglesia de Santa Marta, ante decenas de vecinos congregados, como la presidenta de la asociación de vecinos, Angustias Luque, caracterizada a la usanza medieval y, Rafael Torres, con los hábitos de caballero calatravo. Con su intervención, interrumpieron la música que, desde primeras horas de la tarde, amenizaba la plaza y dieron comienzo a la presentación del tributo.

Los “hogueros” fueron llamados a subir al escenario donde, llenos de emoción y arropados por los aplausos de sus convecinos, amigos y familiares, los invistieron con las bandas que acreditan su nuevo título. Al terminar el acto de homenaje, y conforme se acercaba el momento mágico del prendido de la hoguera de San Juan, a las doce de la noche, fue en aumento el número de vecinos que se congregaron en torno a la lumbre. Cuando llegó el momento, desde la primera planta de la Asociación Cultural La Paloma, Angustias Luque pronunció el conjuro mágico con el que ahuyentó todo lo malo y ordenó que se encendieran las llamas. La hoguera devoró los muñecos de cartón, elaborados por los vecinos, que representaban a la “Xenofobia”, la “guerra”, la “envidia”, la “corrupción” y la “crisis”.

Una docena de voluntarios de la asociación, ataviados con trajes medievales, recogieron los papeles en los que los asistentes plasmaron los malos sentimientos y deseos que querían apartar de sus vidas y que también fueron destinados a avivar las llamas del fuego purificador, que iluminó por completo la noche de la plaza. Ya con el fuego en su máximo esplendor, las cantineras medievales procedieron al reparto entre los presentes de los pestiños y la pócima mágica, cocida lentamente junto a la hoguera. De esta manera, los vecinos de la Ciudad de la Peña cumplieron una vez más con el rito ancestral de quemar todo lo malo para dejar sitio a lo bueno y así atraer, con la magia del fuego y los conjuros, la buena fortuna, la salud y el amor para todo el año. La Feria de San Juan contempla un amplio programa de actividades que se prolongará hasta el próximo domingo y que este año coincide de nuevo con el tradicional mercado medieval de comerciantes y artesanos.