Son mujeres con nombre propio

La ciudad rinde un homenaje a grandes mancharrealeñas por su vida ejemplar

11 mar 2019 / 16:21 H.

El Día de la Mujer se hizo grande en Mancha Real al reconocer a las primeras mujeres que trabajaron en el Ayuntamiento, en tabacaleras, como telefonistas, bordadoras de ajuares y, a veces, hasta de contables en los negocios de sus padres o maridos. Por este motivo, el Ayuntamiento de Mancha Real homenajeó a grandes mancharrealeñas en este día tan remarcable para todas.

El salón de actos del centro cultural maestro José Luis Quero Juárez acogió el acto de celebración del Día de la Mujer, que estuvo dirigido por Mayte Salido. Comenzó la velada con un teatro a cargo de la asociación de mujeres Las Serranillas, que representaron la obra “La Vidente” y que, además de actuar, junto a la profesora de canto Alfonsi Marín interpretaron varias canciones. Acto seguido, llegó el momento más esperado de la tarde: el reconocimiento a grandes mujeres que han formado y forman parte de la vida de Mancha Real. Mujeres con nombre propio, muy queridas y conocidas en la ciudad. La primera en recibir el homenaje fue María Victoria Cortes, que se ocupa de los más pequeños como enfermera de Pediatría del centro de salud de Mancha Real desde hace 20 años. Ella consigue que las curas, las vacunas y los llantos de los niños no nos parezcan tan graves.

Tras ella, llegó el turno de otras grandes mujeres que han trabajado en el Ayuntamiento, como Antonia Cobo, que ejerció de administrativa durante 40 años, e Isabel del Moral, “Isabelina la del Ayuntamiento” como se la conocía, que estuvo toda una vida como conserje, limpiadora... Teresa Amezcua “Teresina”, que ocupó el puesto en la agencia comarcal del servicio de extensión agraria y que, como ella misma decía, nunca se sintió excluida por sus compañeros en un mundo laboral totalmente masculino.

Sin Carlota y Luisa Jiménez, Leonor Ulloa, Maruja Muñoz, Cata Yera, Carmen Guzmán, Paqui Gutiérrez y María del Carmen Ruiz, muchas de las llamadas nunca se habrían realizado o contestado, porque ellas fueron las “chicas del cable”, las primeras telefonistas de Mancha Real.

Las estanqueras Concha Jiménez y Asunción Sánchez-Puerta, la bordadora Catalina Pérez, las peluqueras Isabel Torres y su hermana. Y, como era habitual, las que trabajaban en la plaza de abastos: María Jiménez “la chichotera”, Catalina Huesa, María Luisa Mon, Paquita Pulido, María Dolores López y Francisca López “Alcoleas”. Distintos trabajos, muchos de ellos para ayudar a sus maridos y que con gran esfuerzo sirvieron para sacar adelante a sus familias cuando enviudaban. Mujeres con nombre propio que son el motor de Mancha Real.