Madrugada zombie en Sierra Sur

Medio millar de jóvenes participan en un juego benéfico para Celia en Valdepeñas de Jaén

30 ago 2016 / 13:00 H.

Lo gótico está de moda. Pero no el estilo del arco ojival, sino una estética que tiene más que ver con la ultratumba, los vampiros chupacuellos y sus derivados en el amplio abanico de muertos vivientes. En torno a medio millar de jóvenes de Valdepeñas de Jaén y de otras localidades de la comarca de la Sierra Sur participaron, durante el fin de semana, en un juego de “Zombies y Supervivientes”. Se tituló “Sobrevive a la infección” y se prolongó desde las diez de la noche hasta las seis de la madrugada. Consistió en catorce pruebas que se realizaron en distintos lugares de Valdepeñas y del extrarradio, en la mayoría de los casos a oscuras y, esporádicamente, con la luz de linternas. La temática es la de siempre, grupos de supervivientes se enfrentan a zombies y viceversa.

La actividad fue organizada y patrocinada por el Ayuntamiento de Valdepeñas y, en concreto, por la Concejalía de Deportes, de la que es titular Miguel Nieto, con la colaboración de la Asociación para el Desarrollo Rural (Adsur).

Para poder participar había que abonar tres euros, un dinero que irá destinado a la niña Celia, que lucha contra la enfermedad llamada Factor V.

El juego comenzó a las diez de la noche con un pasacalles de los zombies. Mientras tanto, los supervivientes, en la Plaza de la Constitución, recibían instrucciones sobre las reglas de juego.

Por su parte, Miguel Nieto entregó a Celia el dinero de las inscripciones. La puesta en escena comenzó con el eslogan: “Nadie muere en la escena inicial”. Los supervivientes que veían zombies intentaban mantenerse unidos, sin correr y chillar. En la Plaza se sentían protegidos por la organización llamada Pase lo que pase”.

En la plaza se habían desplegado soldados que portaban un sobre en la mano y lo mostraban en alto. Cada sobre contenía un número del 1 al 14. Uno de esos dígitos coincidía con el que la organización del juego señaló en un mapa. Los supervivientes debían dirigirse al soldado que mostraba el número que coincidía con el que ellos portaban.

El juego propiamente dicho comenzaba ahí, en el momento en que se esfumaba la protección de los soldados. Había que ir pasando las pruebas en las distintas zonas, para lo cual, el ingenio era la carta que había que jugar. No siempre había que correr, ni tampoco que pasar pruebas, ni había que optar por las grandes calles o los estrechos callejones. Había que pensar qué hacer con cada objeto o tarjeta que se iba consiguiendo o cómo usarlos más adelante. El juego acabó a las 5:30 horas, en la Plaza de la Constitución. Allí, los actores de las pruebas dirigieron a los participantes a la zona del “Check In”, donde tuvo lugar la escena final. La experiencia resultó divertida, en una noche joven en la que no se pegó ojo. Siempre podía haber un zombie al acecho.