Los problemas de La Laguna se agravan debido a la sequía

En juego casi 100.000 olivos y un paraje natural protegido

23 feb 2017 / 12:18 H.

Una situación, que consideran insostenible, aprieta a 320 productores agrícolas que, en unas 1.200 hectáreas, cultivan cerca de 100.000 olivos. Son los beneficiarios de unos derechos sobre las aguas del río Torres que datan del año 1147. Son los miembros de la comunidad de regantes de La Laguna; legítimos propietarios de un humedal del Puente del Obispo. Este es el origen, como explica el secretario de la comunidad, Juan Antonio Porras, de un pantano construido por el hombre, dentro del término municipal de Baeza, que pese a que cuenta las máximas protecciones medioambientales, al ingresar en la Lista de Zonas Húmedas de Importancia Internacional, le falta agua y le sobran gastos.

Los problemas de La Laguna se agravan debido a la sequía que desde hace años afecta a la cuenca del río de Torres y Gil Moreno. “En 2015 y 2016, técnicos medioambientales justificaban la sequía de La Laguna manifestando que se trataba de un humedal de aguas permanentes, aunque con marcadas oscilaciones estacionales, originadas por el uso agrícola al que se ve sometida, por lo que el régimen hídrico de La Laguna se comporta como un humedal de aguas estacionales, según la pluviometría, incluidas las sequías que soporta en determinados periodos. Incluso se mostraban optimistas con su estado de sequía porque el mismo contribuía a la eliminación de ‘especies invasoras”, argumenta Porras, quien añade que el tiempo ha aparcado el optimismo y ha traído la preocupación, al menos para los agricultores de La Laguna. “Si la situación meteorológica no lo remedia, por segundo año consecutivo, nuestra comunidad de regantes tendrá que recurrir a un riego de apoyo, que le debe conceder la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, para regar nuestros olivares con las aguas del río Guadalquivir, lo que significa que, en el mejor de los casos, tendremos un riego deficitario, por no contar con la aportación de las aguas del Río de Torres. Además, sin agua en la Laguna Grande, los regantes no podrán utilizar sus concesiones del referido río y, como consecuencia, tendrán que hacer un desembolso superior a los 250.000 euros para elevar agua del Guadalquivir”, critica el secretario de la comunidad. Según señala Porras, la poca agua que desciende por el río de Torres es “captada en invierno por las comunidades de regantes que, mediante “concesiones administrativas”, se han asentado río de Torres arriba” y el agua que corre por su lecho no garantiza ni el “caudal ecológico” que debería ser exigido por las administraciones implicadas, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Junta, responsables del agua y del entorno medioambiental, respectivamente. “Si nada lo remedia, el olivar será deficitario en agua y el medio ambiente se mantendrá seco, sufriendo la desaparición de las especies acuáticas y de la vegetación del humedal”, analiza Porras. Ante esta situación que viven, los regantes presentaron un proyecto a la Junta, que, según indicó a este medio, está sometido a autorización ambiental. Por ello, proponen la construcción de balsas de almacenamiento y la regulación de las aguas invernales del río de Torres, para así garantizar el suministro de agua “para uno de los olivares más emblemáticos de la provincia de Jaén” y para un paraje natural que cuenta con la laguna más grande de la provincia y que, hasta ahora, mantenía agua durante todo el año, especialmente en verano, justo cuando el resto de las lagunas naturales de la provincia se encuentran secas y los pájaros encuentran en ella un lugar idóneo de alimentación y refugio.

“Está en peligro uno de los humedales más importantes de toda la comunidad”

Ante la situación que viven los más de trescientos productores, en su mayoría baezanos, el concejal del Ayuntamiento de Baeza, Bartolomé Cruz, manifestó que, pese a que la Administración local carece de competencias en el asunto, ha mantenido varias reuniones con la Junta y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para plantear soluciones al problema, a un sistema de regadío que viene de antaño y que, actualmente, presenta problemas de escasez de agua, algo que no solo está perjudicando a los olivares, sino que hace que, siempre y cuando la Confederación se lo permite, tienen que realizar un importante desembolso para coger agua del río Guadalquivir. “Como administración local apoyamos el proyecto que han presentado desde la comunidad de regantes y que considero que vendría a atajar no solo el conflicto con el regadío, sino también para conservar este importante paraje “que actualmente está en peligro”. “Peligra el hábitat de la laguna más importante de Andalucía”, indicó Castro. Por su parte, desde la Delegación de Medio Ambiente confirmaron a este periódico que el proyecto sigue su curso y está en fase de aprobación.