La residencia Virgen de la Villa se blinda para evitar contagios

Los empleados valoran la disponibilidad de material que les proporciona Clece

24 abr 2020 / 12:27 H.
Ver comentarios

Cero casos positivos. Este es el balance que hacen, hasta el momento, los profesionales que trabajan diariamente en la residencia Virgen de la Villa de Martos, un centro de titularidad municipal que gestionan desde Clece.

La razón de este resultado tan positivo es, por supuesto, la dotación de material con la que Clece ha provisto a los empleados de la residencia. “Tenemos tanto desechables como otro tipo de material preparado por si tuviéramos algún infectado por coronavirus”, afirma Rocío Molina, a la vez que enumera: “Disponemos de mascarillas quirúrgicas, guantes, buzos impermeables, gafas y pantallas”.

Pero eso no lo es todo, también se ha proporcionado a la residencia nebulizadores y cañones de ozono, lo último para garantizar la seguridad tanto de los profesionales como de los usuarios. “La mayor parte del material recibido ha sido producto de la gestión de Clece, aunque desde el Ayuntamiento, a través de Somos Martos, nos facilitaron 50 pantallas”, deja claro Molina, que reconoce haber recibido también ayuda del centro comunitario de Servicios Sociales de Andújar y de la Junta de Andalucía, desde donde les mandaron mascarillas en dos ocasiones.

Sobre los cañones de ozono, Molina reconoce la vanguardia de la empresa que gestiona la residencia y valora todas las medidas de prevención que se encaminan a que la covid-19 no entre en el centro, algo que se complementa con el compromiso de los empleados.

El confinamiento es algo que puede afectar a los usuarios del centro. Sin embargo, para sobrellevarlo, Clece también ha dado con la solución. “Hacemos videollamadas prácticamente a diario gracias a las tabletas electrónicas que nos ha proporcionado la empresa”, indica la directora, que, además, asegura estar en contacto todos los días, de lunes a domingo, con los familiares, para comunicarles cómo evoluciona todo y, hasta ahora, informarles de que el “bicho” sigue sin aparecer por allí.

OCUPACIONAL. Lástima que, por el momento, a la residencia solo entren los trabajadores —puesto que como medida preventiva ni siquiera los proveedores acceden al edificio— porque los usuarios, mediante uno de los talleres ocupacionales, se encargaron de adornarlo como si fuera un patio cordobés. “Hemos hecho las ventanas con sus rejas y ahí hemos puesto las macetas, de las que cuelgan las flores y las gitanillas. La verdad es que están muy contentos y sobrellevan el confinamiento de otra manera. Se entretienen”, asegura.

La Semana Santa no se ha celebrado como siempre, pero en la residencia Virgen de la Villa no iban a dejar de disfrutar en una época del año tan especial. “Hemos montado procesiones con su trono y todo. Además, en el taller de repostería hicimos torrijas”, comenta Molina, que añade: “El miércoles mismamente organizamos la romería de la Virgen de la Cabeza, yo me llevé un traje de gitana y otra compañera trajo seis o siete, nos disfrazamos todos”. Después, usuarios y profesionales de la residencia celebraron una convivencia en torno a la Virgen de la Cabeza y, luego, “echaron una ligá” muy especial. “Estos días hemos hecho muchísimas actividades porque es cuestión de que se entretengan”, dice la directora.

En este sentido, Molina hace especial hincapié en que los trabajadores están “muy implicados”. “Somos muy dinámicos, siempre nos inventamos cosas nuevas”, asegura en unas palabras que pretenden ser un agradecimiento a sus compañeros. “Somos un equipo muy bueno. Ellos han sido conscientes desde el primer momento de la situación en la que nos encontramos y seguimos el protocolo dictado al pie de la letra. Vamos del centro a nuestra casa y viceversa”, comenta la directora de un centro que dispone de las medidas de prevención más avanzadas.

La seguridad en la residencia Virgen de la Villa es algo fundamental, por ello, desde Clece también se preocuparon no solo de dotar a los trabajadores de los materiales necesarios para prevenir contagiarse y contagiar, sino que los profesionales recibieron, antes de que se decretara el estado de alarma, formación presencial y en línea sobre el uso correcto que tenían que darle a materiales como los equipos de protección individual, conocidos como Epis.

También, según cuenta la directora, recibieron información sobre el coronavirus, así como acerca del uso del cañón de ozono y los nebulizadores. “Primero nos transmitieron lo básico que debíamos saber y, después, nos prepararon para el caso de que hubiera algún contagio en la residencia”, indica la directora que, como ella dice, gracias a Dios, no se ha producido ninguno por el momento.

“Esta empresa va siempre por delante. Incluso tenemos preparada una habitación por si fallece uno de los usuarios y estamos equipados pro si surge cualquier contratiempo”, explica Molina, que no se olvida de poner en foco también en la responsabilidad del equipo de trabajadores que dirige. “Se lo agradezco porque si no fuera por ellos no estaríamos tan buen como estamos”, concluye la directora de un centro armado hasta los dientes contra el “bicho”.

Provincia