“La micropolítica centró mi labor”

Alfonso Sánchez afirma que todo eran experiencias nuevas, “a cual mejor”

15 mar 2019 / 16:28 H.

Mi experiencia en política no pudo ser mejor. Yo no había militado ni ejercido antes ningún cargo político, por lo que empecé de cero y todos los días aprendíamos cosas nuevas, a cada cual mejor”, rememora Alfonso Sánchez Herrera, que fue alcalde de Jaén y diputado provincial. Sánchez Herrera comparó la política con la relación entre un padre y un hijo: “Todos sabemos que los hijos dan berrinches, que te hacen sufrir, pero que cuando te dan un beso se te olvida todo lo anterior. Y eso pasa con la política municipal, que es tan directa que los vecinos te pedían algo, si no lo hacías se cabreaban, y cuando conseguías cumplir con sus demandas te lo agradecían de todo corazón. La verdad es que fue una experiencia tremenda”.

Una etapa, puntualizó, de dedicación exclusiva a resolver los problemas de la gente sin pensar en cualquier otra cosa, y puntualizó que, quitando la política provincial, su principal ámbito de actuación ha sido siempre el municipal. “Mi ilusión, mi trabajo y mi esfuerzo han estado centrados en la micropolítica. No quería construir otra catedral ni nada de eso, porque lo que realmente me preocupaban eran mis vecinos, el estado en el que se encontraban sus calles, si les llegaba la luz y el agua, o si se prestaba un servicio adecuado en cuanto a la limpieza y el transporte público. Las limitaciones eran muy grandes, apenas teníamos presupuesto, pero también lo era el empeño que poníamos”, dijo.

Con respecto a las infraestructuras puestas en marcha durante la etapa en la que estuvo como alcalde de Jaén —entre 1989 y 1991, y entre 1995 y 1999—, destacó lo primero de todo que la intención con la que se construyen los edificios o los monumentos no se centra en cortar la cinta. Entre otras instalaciones, recordó la del Teatro Infanta Leonor, puesta en marcha por la Junta de Andalucía pero, rememoró, en unos terrenos que fueron cedidos por el Ayuntamiento de Jaén; el campo de fútbol de La Victoria a iniciativa conjunta entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, o El Corte Inglés, en cuyos trámites trabajó durante años en su periodo como alcalde, aunque, recordó, posteriormente lo inauguró Carmen Peñalver. Y en este sentido contó una anécdota: “Me presenté en el acto de inauguración, que estaba Isidoro (Álvarez, por entonces presidente del centro comercial), Carmen Peñalver y Gaspar Zarrías, y me acerqué a Isidoro y le dije que yo llevaba casi ocho años luchando porque el proyecto se pusiera en marcha, y ella tan solo llevaba seis meses en el cargo”, recordó como anécdota entre risas de los asistentes.

Otra de las inversiones que rememoró fue la puesta en marcha del recinto ferial que lleva su nombre. “Cristina Nestares me dijo que me iba a poner una calle, lo mismo que a los dos alcaldes que me precedieron (Emilio Arroyo y José María de la Torre), pero le dije que eso me sonaba a esquela mortuoria, así que preferí que se pusiera en el nuevo recinto”, dijo.

Al igual que Antonio Martín Mesa, Alfonso Herrera destacó la importancia que supuso para la ciudad la puesta en marcha del Ifeja, el recinto provincial de Ferias y Congresos, cuya ubicación se planteó en un principio en los terrenos de Vaciacostales, pero que luego, de forma adecuada, según consideró durante su intervención Alfonso Sánchez, cambió de ubicación a la que tiene en la actualidad. “Los terrenos los teníamos que poner los ayuntamientos, así que desde la institución provincial nos propusieron que el suelo debería ser donde finalmente se ubicó el recinto”, manifestó.

el “perejil” de todas las ensaladas

Una de las cuestiones en la que más de acuerdo estuvieron todos los participantes en el debate fue el cambio en la política, antes, en su opinión, más honesta y colaborativa. Muestra de ello fue la anécdota que contó Alfonso Sánchez al término del acto: “Me pusieron de mote perejil, porque salió en una revista de Izquierda Unida titulada Búho que, como esa planta, estoy en todas las ensaladas. Y la verdad que no me sentó mal, sino que lo admití como un piropo, porque para mí era como un halago, como alcalde que era, estar presente en las diferentes iniciativas que se desarrollaban en la ciudad”, manifestó.

No solo no se sintió molesto, sino que él mismo bromeaba con ese término, como explicó a continuación: “Cuando nos quisieron quitar la isla perejil, yo le dije en broma a un amigo que era porque no la tenía declarada como patrimonio”. Solo dos recuerdos de las muchas vivencias que tuvo durante su etapa como alcalde y como diputado Alfonso Sánchez, de las que guarda muy buenos recuerdos.