La “huerta” de Mágina

Bedmar no quiere que su alternativa agraria al olivar sea solamente el espárrago blanco. Si recientemente más de una treintena de agricultores se asociaron en la cooperativa Cobed para cultivar, a lo largo del próximo año, unas 30 hectáreas de esta verdura —las que duplicarán la producción en Mágina—, ahora suman nuevos productos con los que fortalecer su posicionamiento. Serán brócoli, patata y alcachofa.

“Son unas ciento hectáreas para estos nuevos productos, más las de espárrago”, adelanta el alcalde de Bedmar, Juan Francisco Serrano, que trabaja junto con la cooperativa en este proyecto que supondrá un importante impulso en la creación de empleo en el municipio. “Es la misma finca, que se sitúa muy cerca del término municipal. En concreto, se cultivarán 40 hectáreas de brócoli, otras tantas de patata, 30 de espárrago y 20 de alcachofa”, apunta. “En este sentido, el Ayuntamiento intermedia entre la cooperativa —Se llama Sociedad Cooperativa Agrícola Cobed Hortofrutícolas y, en las últimas semanas, han entrado nuevos socios— y varias empresas que van a comercializar toda la producción”, añade. De hecho, pretenden ir de la mano de la cooperativa tanto en los objetivos más inmediatos, como otros de futuro, como sería aprovechar la transformación de la materia prima como impulso a la industria local. “Hasta ahora hemos conseguido la firma para la venta de toda la producción. Todo lo que se produzca en estas hectáreas se va a comercializar”, apunta. El acuerdo, como explica, se ha llegado con dos empresas distribuidoras multinacionales y una firma más procedente de Murcia. Estas, añade, asesoran a los agricultores en cuanto a la gestión de los productos cultivados y sus plazos.

“El cultivo del brócoli puede suponer de 50 a 60 puestos de trabajo en temporadas de 20 a 30 días, que arrancan justo al terminar la recolección de la aceituna”, explica Serrano. Asimismo, como añade, se podrán conseguir unos 15 a 20 empleos directos durante todo el año, para labores de continuidad. “Ahora mismo están en la primera fase de producción y esta llevará los primeros seis meses de 2018. Después, se trabajará en la siguiente fase, que supone poner en marcha la infraestructura de la transformación del producto, que se estudia en estos momentos. Sin duda, esta redundaría en la creación de más jornales”, reflexiona. Sería, en primer lugar, una planta de tratamiento de frescos y más adelante, de conservas, sector en el que ya existe tradición en el municipio de Mágina.

Por el momento, ya hay “movimientos” en el terreno. “Se empieza a ver la actividad en el campo, están preparando las tierras para que, en cuanto se sequen de las lluvias de esta semana, empezar las plantaciones del brócoli. Después, a partir de mediados de enero, llegarán las patatas y, a finales de enero o principios de febrero, el espárrago”, detalla.

“Los vecinos están ilusionados con esta iniciativa y cada vez se van incorporando más a la red”, apunta. “Hablamos de 130 hectáreas en total cuando esté todo en marcha y las empresas estudiarán el cultivo de más productos”, añade. Además, otros productores, con pequeñas parcelas, también se podrían sumar.

el espárrago. Paso a paso, Bedmar trabaja para recuperar la fuerza que la industria del espárrago blanco tenía antes de la crisis. De hecho, este cultivo se situó, durante los noventa y los primeros años de la pasada década, en una de las alternativas más fuertes al olivar en la provincia de Jaén. En Bedmar, como recuerda su alcalde, en el año 2000, se alcanzó una producción de un millón de kilos, lo que hizo que este municipio de Mágina encabezara el cultivo de esta hortaliza en toda Andalucía. Los cálculos con los que trabajan en Cobed es conseguir unos 200.000 kilogramos en las próximas cosechas, ya que la media está en unos 7.000 por hectárea. Enfocada en la producción en fresco, este cultivo en la provincia, como explica Serrano, sale hasta 20 días antes que en otras zonas productoras, lo que utilizarán como ventaja competitiva para su comercialización. En la actualidad, la producción de espárrago en Bedmar ronda los 250.000 kilogramos anuales y, cuando se sume este nuevo proyecto de Cobed, se podría casi duplicar.