La cuna de una diva del bel canto

Una diva en el mar de olivos. Se llamaba Amalia Ramírez, era de Lupión, y seguro que la belleza de este municipio, el aire que flota en sus calles, tuvieron mucho que ver con el talento vocal de esta gran figura de la ópera y la zarzuela del siglo XIX. Decía Rubén Darío, uno de los poetas más musicales de la historia de la literatura, que por más pequeña que fuese la patria de una persona, más grande la soñaría esta. Ramírez elevaba su voz y emocionaba a quien tenía el privilegio de oírla, y esa voz llevaba implícito el acento de los lupionenses, pleno de los matices rurales, de la pronunciación del campo que rodea este precioso pueblo de Jaén. Amalia Ramírez fue la gran embajadora de Lupión, cuya recogida belleza llevó en su memoria por todos los lugares del mundo que gozaron del privilegio de escucharla. ¡Qué buen maridaje este del bel canto y la villa de la Virgen del Lorite, qué hermosa unión de una de las más elevadas de las artes y la sencillez de este pueblo que suena a gloria!