Entrega a la Virgen del Rosario

Multitud de fieles se vuelcan con las fiestas en honor y gloria de la imagen

07 oct 2018 / 12:35 H.

La ciudad de La Carolina celebra, durante estos días, las tradicionales fiestas y romería en honor y gloria de la Virgen del Rosario. Los actos se iniciaron con el traslado de la venerada imagen desde su capilla, ubicada en el barrio de la Estación, hasta la parroquia de San Juan de la Cruz, templo en el que se celebró una eucaristía en honor a la imagen titular. A continuación, se realizaron dos jornadas de verbena popular, a cargo de la pro-hermandad de la Virgen, en la plaza de la Estación, con barra para degustar productos típicos de la gastronomía jiennense.

Posteriormente, durante la tarde del sábado, se ofició una misa de capataces y costaleros de La Carolina. Tras esto, las calles de las zonas centro y sur del casco urbano acogieron la procesión de la Virgen del Rosario, que contó con el acompañamiento de las hermandades y cofradías de pasión y gloria. Al final del desfile procesional, se entonó la tradicional Salve Madre. La Virgen lució una saya blanca bordada en oro, al igual que su hijo, elaborada por Antonia Fernández Marín. La jornada de hoy está protagonizada por una solemne misa de romeros en el Parque de la Estación, que está oficiada por el Consiliario de la pro-hermandad y párroco de la iglesia Inmaculada Concepción, Carmelo Lara Mercado. Poco después, el Simpecado del Rosario inicia su peregrinar hasta la zona recreativa existente en el Parque Forestal Aquisgrana, junto a la vega del río La Campana. A las doce del mediodía, se realiza la tradicional “pará”, donde se realiza un rezo el ángelus en plena naturaleza. Acompañan a la Virgen del Rosario miembros de la asociación caballista La Zalea de La Carolina.

Una vez más, se decidió celebrar el acto religioso y romero en La Aquisgrana, después de haberse hecho, durante once años, junto al río Acero, en la zona opuesta a la de esta edición. Se optó por este lugar porque tiene un camino totalmente asfaltado y una gran explanada para ubicar a los cientos de romeros que participan, cada año, en la celebración, según expresó la vicepresidenta de la hermandad, Antonia Fernández. Durante toda la jornada festiva, la Virgen del Rosario presidirá, desde una pequeña carreta convertida en improvisado altar, el devaneo de un multitudinario público formado por personas de todas las edades, que compartirán viandas y amabilidad, como sucede año tras año. Ya avanzada la tarde, se producirá la vuelta del símbolo religioso a la iglesia que lleva su propio nombre. La romería finalizará con una lluvia de pétalos de flores y palmas a compás en la puerta de entrada al templo.

La festividad lúdico-religiosa fue organizada por la pro-hermandad de gloria que lleva el nombre de la patrona del barrio de la Estación de La Carolina, ya que, en las primeras siete ediciones, el programa de actos corrió a cargo de la asociación de vecinos Santo Reino. La imagen fue donada, hace varios años, por el carolinense Gregorio Pérez Martínez y fue realizada por los hermanos Tirao Carpio de Torredonjimeno. En estas fiestas, la religiosidad sale a la calle y se produce una simbiosis perfecta de la cultura popular y el fervor religioso, donde participan, activamente, todos los ciudadanos. Además, esta romería cuenta con la presencia de personas llegadas desde poblaciones cercanas geográficamente, tales como Santa Elena, Carboneros, Guarromán, Baños de la Encina, Linares y Bailén, entre muchas otras.