La Bobadilla se rinde a su patrón en el día grande de su festividad

Fiesta. La imagen de San Isidro recorre las calles de la entidad local, arropada de decenas de vecinos

16 may 2017 / 16:05 H.

Día grande en la Sierra Sur. Solo hacía falta pasear cinco minutos por las calles de La Bobadilla para percatarse de la importancia que tiene San Isidro para sus vecinos. Calles cortadas y decenas de balcones engalanados contribuyeron a que la entidad local autónoma luciera más bella que nunca. Pero si el núcleo urbano se vio esplendoroso, más aún sus vecinos, que mostraron sus mejores galas para acompañar al patrón de los agricultores.

Desde bien temprano, y aún con la resaca de la romería “a cuestas”, las campanas repicaban para anunciar el día grande de La Bobadilla, una fecha especial para todos los vecinos y más de trescientos cofrades con los que cuenta la hermandad, que además este año celebra su 75 aniversario. La iglesia que lleva el nombre del patrón de los bobadilleros acogió, a las doce y media, uno de los actos centrales de la programación, la misa de hermandad. La eucaristía fue oficiada por el párroco y capellán de la congregación, Manuel Carmona. A la ceremonia religiosa acudieron todos los hermanos, quienes lucieron la medalla de San Isidro. Los cantos del coro parroquial fueron los encargados de poner la nota musical a la celebración. Se vivieron momentos de enorme emoción en una iglesia abarrotada de fieles y de la junta de hermandad, que está presidida por Agustín Carlos Aranda, un joven de La Bobadilla que, este año, también ocupó el cargo de hermano mayor.

Precisamente, tal y como indicó Aranda, lejos de acabar la fiesta, el día grande del patrón se vivió como nunca en La Bobadilla, que lució un gran ambiente. Ya por la tarde, y después de una jornada de unión y convivencia entre las familias, tuvo lugar la procesión de San Isidro Labrador por las calles de La Bobadilla.

Así, cuando eran las siete y media de la tarde, y bajo un sol de justicia, la comitiva se reunió en la casa del vicepresidente, Miguel Puentes Chiachío. Allí se recibió a las autoridades, entre las que estuvieron el alcalde pedáneo, Manuel Latorre, y la Corporación Municipal de Alcaudete y los hermanos para entregarles las velas. A continuación se trasladaron hasta la casa del hermano mayor para dirigirse hasta la iglesia. Allí, poco después de las ocho de la tarde, se abrieron las puertas del templo para ver salir al patrón de los bobadilleros. Decenas de vecinos aguardaban en la puerta este momento. La imagen de San Isidro Labrador, portada por una cuadrilla de hermanos y vecinos, recorrió las principales calles del municipio, arropada por cientos de fieles, no solo de la entidad local, sino también de núcleos aledaños, como Alcaudete. La imagen lució nuevos candelabros arbóreos con tulipas doradas. La procesión contó, además, con los sones de la Banda Municipal de Alcaudete, que estuvo dirigida por Bautista Ortega. Tras finalizar el recorrido se procedió al tradicional traslado de la bandera y estandarte de la hermandad a la casa de la hermana mayor entrante, donde se realizó el intercambio de medallas. Ya, al cierre de esta edición, estaba prevista la actuación de la orquesta Buda, para poner el broche a las fiestas.