Jornada en honor a la Virgen

La procesión de la patrona del municipio unió a los vilcheños en un acto de fe

16 ago 2018 / 12:01 H.

Día grande en Vilches en honor a la patrona, en el día de la Asunción. Los actos festivos alrededor de la figura de la Virgen del Castillo fueron el epicentro de una jornada cargada de devoción desde primera hora de la mañana.

Las calles del pueblo rezumaban ambiente festivo desde la salida del sol, con los balcones adornados con banderas y estandartes de la Virgen que avisaban a vecinos y visitantes del día que quedaba por delante.

La iglesia de San Miguel Arcángel se convirtió en la primera parada obligatoria, coincidiendo con el mediodía. Los fieles realizaron una ofrenda floral a la patrona en un templo completamente lleno, donde hubo quien necesitó sentarse en unas escaleras o incluso asomar la cabeza por la puerta, pues la afluencia superó, sobradamente, el aforo. Fueron cientos los ramos que se agolparon a los pies de la imagen de la Virgen en un acto que finalizó con el rezo de una salve y el grito de “¡Viva la Virgen del Castillo!”.

Los vecinos y visitantes pudieron disfrutar entonces de la gastronomía local en las terrazas de los diferentes establecimientos, donde la sobremesa se alargó para acortar la espera hasta la llegada del plato fuerte del día: la magna procesión.

La devoción por la Virgen del Castillo en Vilches viene del siglo XVIII, cuando se dice que la patrona se apareció a un pastorcillo junto a la muralla del antiguo castillo, aunque no fue hasta 1977 cuando el papa Pío VI declaró canónicamente que la Santísima Virgen del Castilla era la patrona de Vilches.

A las nueve de la noche, como marcan los cánones, comenzó el recorrido por las calles del pueblo, con la comitiva conformada por la cofradía y los principales representantes del municipio.

El color azul predominaba por encima de todo. Estandartes y bandas de la cofradía abrían paso a la procesión de la imagen en un acto que estuvo cargado de emoción, con los vilcheños disfrutando de su Virgen por las calles, siguiendo en comitiva la imagen de la “madre” del municipio.

Un camino marcado en todo momento por la devoción y la fe de los vecinos, desde los más jóvenes a los más veteranos, con el sentir especial que tienen los vilcheños por su patrona, un nexo entre todos ellos.

Tras la jornada de fe, el día llegó a su fin con la verbena. Un colofón para el miércoles que tuvo lugar en la piscina y contó con las actuaciones de la orquesta “Séptima Avenida” y “Cuarteto Frenesí”.