Fin a un mes para la historia

El entierro de la sardina puso el punto final a unos días donde se aunaron las tradiciones con la celebración de varias efemérides. Si el 27 de febrero los actos centraron la conmemoración del centenario de la concesión del título de ciudad a Jódar por parte de Alfonso XIII, así como el tratamiento de ilustrísimo al Ayuntamiento; el Día de Andalucía se reconoció la labor de las tres formaciones musicales, se inauguró el nuevo archivo municipal —instalado en la planta baja de la casa de la cultura, con unas instalaciones ampliadas que concentran la historia de la ciudad— y, por la noche, la Plaza de España se convirtió en epicentro de la última edición de las fiestas medievales de la embajada.

Estas, que recrean la llegada de la primera embajada castellana ante el Gran Tamerlan en 1406, así como su parada en Jódar, donde el señor de la villa agasajó a los presentes con fiestas y torneos, comenzaron con un pasacalles que estuvo acompañado por la banda de música Pedro Gámez Laserna y la peña caballista de la ciudad. El pregón recayó en esta edición en dos de los representantes de la asociación deportiva de petanca Puerta de Mágina, Antonio Rivas y María Muñoz. Presentados los actos por Alfonso Cecilia y Andrés Díaz, se escenificó el romance de la Fontana de Xodar, dirigido por Mari Peñas y protagonizado por actores locales. El concierto de música medieval y la inauguración del mercado medieval, instalado como es habitual en las inmediaciones de la calle General Noriega y Plaza del Castillo, se sumaron a una jornada en la que el buen tiempo motivó que el conjunto histórico luciera abarrotado de galdurienses y turistas. El mercadillo medieval, por su parte, fue clausurado este domingo.

El sábado fue el Carnaval el acto que centró todas las miradas. Si por la mañana varias visitas guiadas dieron a conocer el pasado histórico y artístico de Jódar, con la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y sus inmediaciones como los lugares de visitar indispensable, por la tarde, las calles acogieron los coloridos vestidos y la alegría típica de estas fechas. Trajes, comparsas, agrupaciones, charangas y hasta una carroza de fantasía. Alrededor de un millar de vecinos inundaron las arterias principales de la ciudad, a la que se sumó a partir de las diez de la noche la gran verbena de Carnaval. Raquetas de tenis, mesas camilla, teléfonos, globos aerostáticos... un sinfín de disfraces que finalmente se concentraron en la Plaza de España, donde se dieron los premios divididos en varias categorías.

El domingo la protagonista fue la sardina. El entierro partió desde la Casa de la Juventud y recorrió Joaquín Galván y General Fresneda para finalizar en la Plaza de España. La parodia de plañideras fue amenizada por la banda de música Pedro Gámez Laserna, que interpretó varias composiciones, algunas alegres como pasodobles y otras más fúnebres, como marchas cofradieras. Este acto, que cierra la celebración del Carnaval el domingo anterior al Miércoles de Ceniza, se ha convertido en los últimos años en uno de los más multitudinarios, contando con gran presencia de público.