Jaén ya no es el territorio con más patrimonio amenazado

Con veintitrés monumentos en peligro, está por detrás de Granada

05 jun 2017 / 11:10 H.

La provincia de Jaén, después de años, deja el deshonroso puesto como territorio de Andalucía con más monumentos en peligro. Tiene veintitrés en esa situación, aunque ahora la supera Granada, con veinticuatro. Es la información recogida en la última Lista Roja de la Asociación Hispania Nostra.

En la actualidad los bienes de interés incluidos se encuentran distribuidos por la mayor parte de las comarcas, excepto la zona de las Nuevas Poblaciones. Por su tipología, destacan los castillos. Se trata de las fortificaciones de la Peña de Martos, Villardompardo, La Aragonesa —Marmolejo—, Bedmar, La Majuela —Quesada—, Salvatierra o las Cinco Esquinas —Cazorla—, Nubla —La Iruela—, Bujaraiza —Hornos—, Chincolla —Villanueva del Arzobispo— y Giribaile —Vilches—. En segunda posición están las construcciones de índole religiosa como el oratorio visigótico de Valdecanales —Rus—, las ruinas de Santo Domingo de Silos y San Francisco —Alcalá—, San Antón —Alcaudete—, la antigua parroquia de San Miguel —Jaén— y las ermitas de la Madre de Dios del Campo y San Bartolomé —Úbeda—. Hay tres puentes catalogados: Mocho —entre Beas y Chiclana—, Ariza —Úbeda— y Nubla —en el límite entre Chilluévar y La Iruela—. Es singular el conjunto de arte rupestre de Otíñar en el término de la capital jiennense. Por último figuran recogidos dos palacios. Se trata del de los marqueses de Viana —Garcíez— y el de los condes de Torralba —Torrequebradilla—. En este último caso, el Ayuntamiento de Villatorres efectúa gestiones para su restauración. Aparte de otorgar una protección, las autoridades deben conseguir financiación.

Controvertido arreglo de un puente

Un destacado monumento jiennense, el puente Mocho, en el límite entre las comarcas del Condado y la Sierra de Segura, después de años de reivindicaciones y de espera la construcción sobre el río Guadalimar, comenzó a restaurarse el pasado verano, intervenciones terminadas en marzo de 2017. Sin embargo, las obras suscitaron, hace unas meses, las críticas de la plataforma que defendía su recuperación. En concreto, la entidad reprobaba la supuesta utilización de materiales inadecuados para el acondicionamiento, aparte de no compartir la retirada de unos hitos a los que atribuía un probable origen romano. La intervención supone un desembolso de 326.000 por parte de la Junta de Andalucía. Se trata de una iniciativa de calado que requiere, incluso, el desvío temporal del cauce fluvial. Habrá que ver si el resultado de la restauración del monumento satisface a “Hispania Nostra” y, finalmente, queda excluida de la Lista Roja.