Con la vista puesta en los rescoldos

Sentimientos enfrentados son los que embargan el corazón de todas aquellas personas que, desde el domingo día 5, se afanan en extinguir el incendio que devora Quesada.

14 jul 2015 / 09:44 H.

Ya se le conoce como “el volcán”, porque las llamas de este fuego subían por las laderas de los montes como si de mismísima lava se tratase. Por un lado, está la alegría de que, poco a poco, el Infoca consigue controlarlo. Sin embargo, las buenas nuevas no pueden borrar la imagen de desolación que queda detrás. Todavía no se sabe cuál es el perímetro afectado. Los hay que habla de ocho mil hectáreas, y los más aventurados dicen diez mil. Lo único cierto es lo que dijo la delegada del Gobierno, Purificación Gálvez, y el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal. Son “bastantes más” de dos mil hectáreas, como se pronosticó en los primeros días. Independientemente del terreno quemado, el desastre natural está garantizado, además del impacto económico para Huesa y Quesada, los municipios más afectados.

Otra de las buenas noticias es que, una vez controlado el perímetro, se confirma que, en ningún momento, llegó a afectar al Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Aunque el riesgo estuvo siempre presente. El mejor ejemplo es que las llamas se quedaron a tan solo quince kilómetros del espacio protegido.

El incendio todavía no está controlado y, como explicó el propio Infoca, no hay que lanzar campanas al vuelo porque todavía queda mucho trabajo por delante. Confían en que no se produzca, de nuevo, una tormenta seca que lo avive. Mientras tanto, las labores del cuerpo de extinción van encaminadas a controlarlo, un proceso que todavía no está garantizado. Que esté estabilizado supone que las llamas ya no avancen y que las tareas se centren, ahora, en consolidar el perímetro y refrescar las zonas calientes que hay dentro del trazado. Para llevar a cabo estas labores, durante todo el día, dos medios aéreos y 84 especialistas del Infoca permanecieron en la zona. Nada tiene que ver el dispositivo con el del viernes, cuando más de medio millar de personas trabajó sobre la zona, incluida la Unidad Militar de Emergencia, desplazada hasta la zona desde Morón de la Frontera, en Sevilla. Otra de las labores que se llevaron a cabo durante la jornada de ayer fue el remate, liquidación y, sobre todo, la vigilancia para evitar su posible reactivación con algunos de los puntos calientes que todavía quedan en la zona. La evolución de los trabajos sigue siendo favorable y el tiempo, esta vez, juega a favor de los agentes de extinción, algo que había sido impensable la semana anterior. De seguir así, se espera que en las próximas horas pueda estar controlado. Será entonces cuando el Infoca pueda realizar una primera estimación de la superficie afectada por las llamas, que ya se sabe que superará con creces las dos mil hectáreas que inicialmente se barajaban como perímetro asolado por el fuego.

Por otro lado, durante la mañana de ayer, pudieron regresar a sus casas los últimos vecinos evacuados. Son los de la pedanía de Chíllar que permanecían desalojados, mientras que los Ceal y Cortijos Nuevos lo hicieron a lo largo de la jornada del domingo, una vez que el incendio se dio por estabilizado. En total, fueron 29 las familias que se vieron obligadas a abandonar sus viviendas, no por el riesgo de las llamas sino por la posible inhalación de humo.

Primera estimación

Los que están muy pendientes de la extinción del incendio son, también, los alcaldes de los municipios afectados por este fuego, como son Quesada, Huesa, Larva y Cabra de Santa Cristo. Están a la espera de que se haga una primera estimación de los daños para acudir a las administraciones pertinentes a solicitar ayudas para restaurar el paisaje y para indemnizar a aquellos que han visto en los primeros días como ardían sus cultivos, principalmente de olivar y cereal.

Recordar que la delegación del Gobierno andaluz en Jaén mantiene desactivado, desde este domingo por la tarde, el nivel uno del Plan de Emergencias por Incendios Forestales, en su fase provincial. Esta catalogación hace referencia a todos aquellos incendios que pudiendo ser controlados con los medios de extinción previstos en el Plan, se prevé, por su posible evolución, la necesidad de la puesta en práctica de medidas para la protección de las personas y de los bienes. Subir el nivel permitió llevar a cabo el desalojo preventivo y solicitar la colaboración de la Unidad Militar de Emergencia. Llegó el jueves por la noche, durmió en la Academia de la Guardia Civil de Baeza, y el lunes, una vez estabilizado el incendio, se replegaron para volver a su base, en Sevilla.