El astillero jiennense Tarsis, entre los grandes fabricantes

Se sabe que, a comienzos de nuestra era, el imperio romano distribuía el aceite jiennense por el mundo, dándole salida por el Guadalquivir, que en buena parte era navegable.

04 mar 2015 / 11:32 H.

También que la comarca de la Sierra de Segura era provincia marítima desde que así lo determinase el Real Decreto de 31 de enero de 1748. En cambio, lo de “Jaén puerto de mar”, es una vieja aspiración inspirada en un cuadro y, como diría Calderón, “los sueños sueños son”. Pero lo que más sorprende es que en la provincia de Jaén, paraíso interior, proliferen con éxito empresas constructoras de barcos.
Tarsis Astilleros es una naval constituida el 29 de noviembre de 2013, con sede social en la calle Martínez Izquierdo de Madrid, pero que construye sus barcos en Andújar. Esta empresa ha logrado convertirse en unos de los grandes productores de yates veleros insumergibles de Europa, gracias a un modelo de negocio centrado en la apuesta por el potencial industrial de la región.
“Creo que no se trata tanto de hacer cosas raras o diferentes, como sí de seguir haciendo lo mismo, pero con nuevas formas empresariales, acordes a los nuevos tiempos”, declaró a Europa Press, Juan Francisco Sánchez Galera, fundador y administrador único de Tarsis Astilleros. La empresa náutica tiene un capital social 100% español y se dedica al diseño, construcción y venta de embarcaciones de recreo y todo tipo de accesorios. Tarsis está especializada en la fabricación en serie de yates de vela de pequeña y mediana eslora, de entre 6 y 9 metros. En solo ocho meses ha llevado a cabo una actividad que la convierte en un astillero de referencia en Europa dentro del segmento del yate velero. Para lograr esta posición, la empresa aporta una visión de la crisis “no como inconveniente sino como garantía de éxito”, así como un modelo de negocio en el que se mezcla una actividad netamente industrial como un “e-commerce” completamente virtual.
Otra de sus particularidades es que aprovecha las sinergias tecnológicas de su entorno, a fin de centrar todo su esfuerzo e inversión en dar valor añadido a sus productos en diseño e innovación. Gracias a este patrón, Tarsis no ha tenido que invertir en una fábrica propia de composites, sino que subcontrata sus cascos y cubiertas, carpintería, tapicerías o inoxidables en empresas con experiencia en cada uno de los procesos de producción. De esta forma, Tarsis puede lanzarse de lleno a la producción sin tener que invertir en una gran estructura industrial, al tiempo que dedica esfuerzos a un “absoluto control de calidad”.