El brote de lengua azul llega a El Condado y a La Loma

Tranquilidad. Ese es el mensaje que transmite la consejera de Agricultura y Pesca, la alcalaína Elena Víboras, a los ganaderos jiennenses y del resto de Andalucía afectados por la lengua azul. Lo dijo tras recordar que la Junta ha destinado en torno 400.000 euros a la compra de dos millones de vacunas para el serotipo uno —el más virulento— de esta enfermedad catarral que causa un mosquito procedente de África. De hecho, la medicación empezó a suministrar ayer.

    21 nov 2014 / 10:14 H.

     

    La consejera no trajo tan buenas noticias para la provincia de Jaén. En la provincia existían tres comarcas afectadas por el brote, en este caso de serotipo cuatro. Las comarcas de Andújar, Linares y Jaén capital fueron incluidas en las zonas de restricción. “Ya se ha extendido también a La Loma y El Condado de modo que son zonas restringidas para evitar que haya contagios a nivel de este serotipo cuatro”, anunció Elena Víboras.

    Las dosis de vacunas se pondrán a disposición de las asociaciones ganaderas, para su posterior distribución. Elena Víboras hizo hincapié en que el serotipo uno apareció en una explotación centinela en Tarifa (Cádiz) pero solo en un caso, algo que consideró una suerte a tenor de que es un tipo muy agresivo. Posteriormente, se verá la posibilidad de suministrar la medicación para las reses afectadas por el serotipo cuatro. Aún así, la alcalaína insistió en trasladar un mensaje de tranquilidad a los ganaderos, a pesar de reconocer que “la responsabilidad no es de la Junta”. “La Ley 8/2003 de 24 de abril claramente dice que la responsabilidad de la sanidad de los animales es de los ganaderos, pero no obstante aquí estamos para seguir colaborando, trabajando y ayudando al sector ganadero”, defendió Víboras.

    La lengua azul no es una enfermedad contagiosa, ya que no se transmite por contacto directo o indirecto entre animales. No existen riesgos para la salud pública porque, tal y como explica la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, la transmisión se produce mediante mosquitos de la especie Culicoides, que son los vectores biológicos. Afecta a ovinos, caprinos, bovinos y, en algunos casos, a rumiantes silvestres. No representa, pues, un problema para los humanos, salvo para aquellos ganaderos que tengan reses afectadas, lo que puede ocasionar un perjuicio económico. Para evitar la propagación y minimizar el mal, la Junta y el Gobierno central se pusieron, hace más de un mes, manos a la obra para luchar contra los casos detectados parte de España.