La agricultura biodinámica “tiene beneficios en la salud”

No es casual que uno de cada tres españoles vaya a sufrir un proceso oncológico a lo largo de su vida, ni que dos millones sean alérgicos a alguno o varios alimentos”, afirma Noelia Rodríguez Aranda, licenciada en Ciencias Ambientales y directora del curso “La agricultura biodinámica como herramienta para los retos del siglo XXI”. Consumir alimentos que no estén tratados químicamente es el objetivo de estas ponencias, que hacen hincapié en cuidarse en este aspecto. “Es que comemos tres, cuatro o cinco veces estos productos [tratados químicamente], todos los días, a lo largo de nuestra vida. Tenemos que cuidar nuestro cuerpo”, continúa.

21 ago 2014 / 09:51 H.


Pero, ¿qué es la agricultura biodinámica? Rodríguez la define como “un modelo de agricultura que entiende, de una manera holística, las técnicas que se llevan a cabo” y “considere que la Tierra está rodeada de otros planetas y hay tenerlo en cuenta”. Es una forma de volver a tiempos anteriores, cuando se trabajaba con los “ritmos de la luna y los ritmos naturales”, para así intentar cerrar ciclos de materia y de energía en la finca. “Pretendemos trasladar las herramientas básicas de la agricultura biodinámica y ser capaces de ponerlas en marcha en fincas”, continúa, ya que, según la directora, es un tipo de agricultura que nació en 1924, pero que, actualmente, “el consumo de alimentos va creciendo cada año a un ritmo del 7 u 8%”.

De hecho, estos alimentos ofrecen la certificación “Demeter” por estar tratados de acuerdo con los reglamentos de la biodinámica. Para ello, hay que cumplir una serie de requisitos durante un tiempo. “La comida que no se ha cultivado de una manera natural ni ecológica, sin pesticidas, es perjudicial para la salud humana”, sentencia Rodríguez, y añade que, en la actualidad, “hay más demanda de alimentos biodinámicos que lo que se está produciendo”, lo que despierta el “interés de las empresas en conocer este campo”. “Es una agricultura de bajo esfuerzo y economía porque es más eficiente y es un ahorro”, asevera. Los cursos, además, programan excursiones para conocer, de primera mano, el desarrollo de las temáticas. En este caso, los alumnos visitaron la cooperativa “La Olivilla”, en plena conversión hacia la biodinámica. “Que los alumnos conozcan in situ las técnicas y las maquinarias que se utilizan, hablen con agricultores y pregunten qué fechas son las más adecuadas, cómo se hacen los preparados biodinámicos, pero también tocar y vivir esta técnica”, asegura, aunque, pese a los beneficios que se muestran, también existe algún inconveniente. “La principal pega es que tiene que ocurrir un cambio de conciencia y es muy difícil en una persona. Ahora, la gente está repensando la manera de cultivar”, concluye.