Las familias de la trifulca se van, por ahora, de Castellar

Fueron veinticuatro horas de lo más intensas, y tensas, en Castellar. Desde la trifulca en la que se vieron implicadas tres familias, a una concentración espontánea de unos trescientos vecinos que reclamaban “más seguridad” para “poder vivir tranquilos”. En la madrugada del miércoles, dos de las familias implicadas, las que presuntamente destrozaron tres coches y dañaron la vivienda de otros vecinos la noche anterior —por las que hay tres personas imputadas—, decidieron marcharse “voluntariamente” de sus domicilios de Castellar. Quisieron, por lo que parece, poner tierra de por medio y se retiraron a otros municipios bajo el amparo de otros familiares. Lo hicieron mientras que unos trescientos vecinos, según detalló el teniente de alcalde, José Antonio López, se manifestaban junto a sus casas. “Se ha rumoreado que fueron desalojados y no es así. Si abandonaron las viviendas, lo hicieron voluntariamente”, afirma.

21 ago 2014 / 09:29 H.


Los castellariegos se reunieron para exigir una solución a los problemas de convivencia y más seguridad, tras una convocatoria no autorizada que se propagó a través de mensajes de Whatsapp. El alcalde, Gabriel González, también hizo acto de presencia para calmar los ánimos. “Hablamos con la familia agredida para que se tranquilizara y esperen la decisión del juez. Les aconsejamos que no actuaran sin pensar”, dice López. Tal y como confirmó el concejal, fue “pacífica” y, en torno a la medianoche, se disolvió. Mientras, los agentes de la Guardia Civil —se reforzó el dispositivo de vigilancia desde los puestos de municipios cercanos, como Linares, La Carolina, Navas, Santisteban y La Puerta— realizaron patrullas durante la noche y toda la jornada de ayer para prevenir posibles altercados. Así, al menos hasta el cierre de esta edición, se vivió una jornada de “tregua” en Castellar.

Una tranquilidad que no “siente” Remedios Valentín, afanada ayer en limpiar y arreglar los destrozos de su casa. Ella dice que, cada vez que intenta cerrar los ojos para descansar, revive las imágenes de la agresión. Todo comenzó cuando varias niñas insultaron, presuntamente, al hijo de Remedios Valentín, que les reprochó este comportamiento. Al parecer, lanzaron piedras contra sus vehículos y después otros miembros de las dos familias a las que pertenecen las menores volvieron y causaron destrozos. “Es una mezcla de dolor y nervios que no puedo ni explicar con palabras. La Guardia Civil está en la puerta de mi casa, pero tengo la sensación de estar en la calle”, dice. Fue, la de ayer, una jornada más calmada, sobre todo, al ver que estas familias con las que tuvieron el problema se habían marchado: “Aunque me temo que va a ser por poco tiempo”. “Lo que sí he visto que las casas tienen puntos de soldadura en las puertas”, señala, aunque no sabe con seguridad quién los realizó. Mientras tanto, asegura, espera al juicio, que se celebrará, el próximo martes, en los juzgados de Villacarrillo. Durante la concentración, los vecinos también comenzaron a recoger firmas “para que se pongan los medios para que puedan vivir tranquilos”, explica. “De momento, ya tenemos 1.000 que hemos llevado al Ayuntamiento y se siguen recogiendo más”, asegura.