"La Justicia debe ser rápida y servir para reinsertar"

Francisco Javier Martínez Fuentes entró ayer en la prisión. Debe cumplir dos de los tres años de condena que le impusieron por un delito de tráfico de droga, que le llevó a ser arrestado en 2008. En el tiempo transcurrido desde entonces, se ha casado, ha dejado las drogas y tiene trabajo en Huelma, su pueblo natal. Tres pitillos consumió en su último cuarto de hora libre; con la brasa de la última calada del penúltimo cigarro prendía el siguiente. “Llevaba meses sin fumar, en los últimos tres días, he vuelto”, reconoce Francisco Javier Martínez Fuentes. Pasan minutos de las cinco de la tarde de ayer y agota su plazo. Este vecino de Huelma, que se enganchó a la droga, contrajo deudas y fue detenido en abril de 2008 por transportar cocaína, está a escasa distancia de la garita de la entrada del control de acceso del Centro Penitenciario de Jaén. Ya cumplió un año entre rejas y, si nada lo impide, tiene por delante otros dos, lo que le queda de la pena que le fue impuesta. El fallo definitivo llegó 4 años después de los hechos, el 12 de julio de 2012. Mientras estuvo en la cárcel, se desenganchó; al salir, regresó a su pueblo, conoció a la que es su esposa, y comenzó a trabajar. “He rehecho mi vida. La Justicia debe ser rápida y servir para reinsentar a los delincuentes”, deja claro.

24 mar 2014 / 23:00 H.


Pasan los minutos y coge los bártulos, repasa la orden de ingreso en prisión. “No se me puede perder el pase para el hotel, voy a decir que me hagan la cama y enciendan el aire acondicionado”, se permite bromear. Su mujer está en el coche en el que le ha traído su cuñado desde Huelma; no se quiere bajar. Al final “Javi” la convence cariñosamente. Así lo llama ella, su familia, sus amigos y sus paisanos. La pareja conversa entre susurros, él le reclama: “Tienes que ser fuerte”. Ella lo abraza, llora, pero a medias, aguanta el tipo. Francisco Javier Martínez Fuentes tampoco se viene abajo. “Venga nena, ¡vamos!. Cuanto antes entre, antes salgo”, confía, la coge de la cintura y camina hacia la puerta del complejo penitenciario. El resto del camino, una vez pasada la barrera, ya lo hizo solo. “Mi abogado solicitará el tercer grado, ese es el objetivo”, explicaba antes de pasar por delante de la garita. “Espero no entrar en un módulo conflictivo, mi idea es ingresar en el de ‘respeto”, donde ya estuve”, argumentó el huelmense que, con cierta impaciencia, aclaró que esta decisión, por desgracia, no depende de él, si no de la Junta de Tratamiento Penitenciario. De cualquier forma, conviva con quien sea entre las paredes del recinto carcelario, tiene una idea clara: “No pienso volverme loco, lo que no te mata te hace más fuerte”.
La noticia de su regreso a la cárcel indigna a muchos de sus vecinos, que saben quién es y cómo ha cambiado. “Estoy muy agradecido, en estos días, muchas personas me han dado su apoyo y me han dicho: ‘Javi, no es justo’. No lo entienden”. El propio alcalde, Francisco Manuel Ruiz García, se deja de diplomacias y afirma sobre el caso: “Me parece un disparate que tenga que volver a prisión”. Él mismo, junto a la Policía Local, se involucró en la elaboración de un informe para dar testimonio de que este vecino, actualmente, tiene un comportamiento intachable. “Me viene esto cuando más trabajo tengo”, lamenta el preso, que está al frente de fincas de olivar y frutales, con varios empleados.