Génave consigue autorización para sus arraigados encierros

Los aficionados a los tradicionales encierros de la Sierra de Segura no pasarán este verano en blanco, al menos por lo que toca a Génave. El municipio, de menos de seiscientos habitantes, con su alcalde, Jaime Aguilera, al frente, consigue disfrutar de esta seña de identidad entre hoy y el domingo, a partir de las cinco y media de la tarde. La iniciativa se enmarca dentro de las celebraciones del municipio.

El Ayuntamiento, a través de sus redes sociales, anunció la esperada novedad. “Después de mucho esfuerzo, tenemos la oportunidad de disfrutar en nuestra sierra de lo que nos gusta, nuestras tradiciones. Pedimos responsabilidad individual, cumplir con las normas... si queremos que entre todos volvamos a la normalidad. De nuestro comportamiento individual y colectivo, saldrá la decisión del segundo y tercer encierro. Deseamos que todos/as disfrutéis, y pronto otros pueblos vecinos se sumen”, precisa el mensaje.

El desarrollo de los encierros está sujeto a la actual situación de pandemia, por lo que se desarrollan con algunas restricciones. Un bando de obligado cumplimiento suscrito por Jaime Aguilera precisa las condiciones para el desarrollo de la actividad. El texto recuerda que del respeto a las normas y la responsabilidad individual dependen el regreso de la tradición. En cuanto a los festejos, el texto indica que en la primera fase, la de campo, el traslado de las reses entre la finca y el casco urbano, es obligatorio el uso de mascarillas por todos los participantes para evitar sanciones. Quienes no se atengan a la disposición se arriesgan a sanciones. El Ayuntamiento se desentiende de responsabilidad, aunque aconseja tomar medidas para evitar incidentes, de manera que el camino se haga de forma sosegada. Las personas que vayan en vehículos de motor también han de llevar mascarilla y mantienen una distancia mínima de cincuenta metros en relación con la manada. Solamente se autoriza que haya un máximo de diez automóviles, previa inscripción. Igualmente, el incumplimiento, implica multas.

En la segunda fase, por las calles, persiste la obligación de las mascarillas, con sanciones para las personas que las usen. No pueden entrar vehículos o monturas ajenos a la organización. Se prohíbe la presencia de menores de dieciséis años; personas con discapacidad física, psíquica o sensorial; asistentes con botellas, vasos u otros elementos que puedan causar daño a los astados y acudir con síntomas d ebriedad o consumo de otras drogas. No se tolera herir, pinchar, golpear o tratar de forma cruel a los animales. Durante la tercera fase, ya en la plaza de toros, para acceder hay que obtener un tique. Los presentes tienen que colocarse en las gradas, en la localidad adjudicada. Aparte de la entrada, es forzoso llevar, de forma visible, una pulsera de control facilitada por la organización. No tener ese dispositivo personal e intransferible supone la expulsión del coso. Los recortados están acreditados y cuentan con distintivo. El público debe usar mascarilla en el recinto. El organizador se reserva el derecho a suspender el festejo si las circunstancias lo requieren y si una parte significativa incumple lo dispuesto. Hace falta seguir las instrucciones de los voluntarios, los agentes y el delegado gubernativo.