El próximo curso será el último de los suboficiales en Baeza

Un “sindicato” de la Guardia Civil desvelan la decisión de la Dirección General

17 jun 2016 / 10:15 H.

Sabía que la pregunta estaba en el aire y el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, la respondió antes de que se la hicieran. Fue en la Academia Baeza, el pasado jueves, durante la jura de bandera de la 121 Promoción de Cabos y Guardias y la 37 de Suboficiales. Sobre estos últimos, cuando entre el público se rumoreaba que el siguiente curso se trasladará a El Escorial, Madrid, Fernández de Mesa aseguró que estas enseñanzas continuarán en el centro baezano en 2017. La Dirección General del Cuerpo, a preguntas de este periódico ayer, dejó claro que la versión oficial es la que verbalizó durante su discurso el alto cargo gubernamental la semana pasada. Pero la promesa tiene “trampa”, a tenor de lo desvelado por la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC). Esta organización profesional sostiene que mandos de la Benemérita anunciaron, el miércoles, que en septiembre de 2017, el curso de sargentos, es decir, de suboficiales, se mudará a la Academia de El Escorial, aunque antes haya una promoción en Baeza. La escuela madrileña es el centro del que salen los oficiales del Instituto Armado.

El anuncio lo hicieron, como asegura un portavoz de la AEGC, los máximos responsables del Instituto Armado ante más de una docena de asociaciones de guardias civiles, los representantes laborales de estos servidores públicos que, por pertenecer a un cuerpo militar, no pueden afiliarse a un sindicato propiamente dicho. ¿El motivo? Cuestiones prácticas, de espacio concretamente, según apuntan las fuentes de la asociación consultadas. Después de años de promociones exiguas, la 121, recién licenciada, estaba ya compuesta por casi 700 agentes. La 122 superará los 1.500, a los que hay que añadir los cabos, unos 250, y otros tantos suboficiales, en total, unos dos mil. Sin embargo, la idea que trasladó la Dirección General de la Benemérita es que la cantidad de plazas irá a más, para que de la “fábrica” de guardias civiles baezana salgan, anualmente, unos dos mil nuevos agentes o más, sin contar con los que están ya en la escala de los primeros mandos de la institución. En esta línea, Arsenio Fernández de Mesa apuntó que será necesario el aumento de la plantilla del acuartelamiento con un centenar de profesores. De ahí que se justifique que los suboficiales se preparen en la comunidad de Madrid, mientras que en Baeza la actividad formativa quede reservada para los alumnos de nuevo ingreso y los cabos.

La alcaldesa baezana, Lola Marín, no oculta la indignación con esta decisión que, según el equipo de Gobierno, repercute negativamente en la economía baezana. Y es que, como sostiene, la actividad en la Academia y la presencia de profesores y alumnos supone beneficios para sectores como el inmobiliario, la hostelería y los servicios. Los guardias civiles y sus familias suponen un incremento del censo durante unos meses, al suponer una “población flotante” con cuatro dígitos en una ciudad que está habitada por algo más de 16.100 personas, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística.

De ahí que el Ayuntamiento de Baeza aprobara por unanimidad una moción institucional para reclamar que se mantengan los cursos de suboficiales en Baeza. Este texto se debatió posteriormente en la Diputación y también contó con el visto bueno de todos los partidos de la Corporación Provincial.

La idea del Gobierno local socialista baezano es continuar en esta línea y poner en marcha todas las acciones que sean necesarias para tratar de revertir esta “decisión práctica” de la Dirección General de la Guardia Civil. La vinculación de este centro formativo con la ciudad Patrimonio de la Humanidad se mantiene desde hace más de treinta años.