El piloto fallecido en Segura no fue “consciente del peligro”

La decisión de usar el aérodromo de Beas implicaba riesgo por su ubicación

    11 oct 2016 / 11:20 H.

    La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac), dependiente del Ministerio de Fomento, concluye su informe sobre el accidente ocurrido el 9 de febrero en plena sierra, en el paraje de Las Muelas de Segura de la Sierra. La aeronave implicada era una Cessna 172, que iba pilotada por Pablo Alemany Sogues, nacido en Castellón y que falleció a los 47 años, en plena ruta aérea entre Valencia y Granada. El Ciaiac, que deja claro que con estos documentos solo se busca la prevención de futuros desastres aéreos, trabajó durante meses para determinar qué pudo ocurrir y ya tiene sus conclusiones definitivas. La investigación determina que, probablemente, la causa del accidente mortal fue un “vuelo controlado contra el terreno”. Es decir, el aviador no supo del riesgo que corría hasta que fue demasiado tarde. Se trata de un tipo de suceso que se da, en la mayoría de los casos, en los despegues o aterrizajes, como fue este caso.

    Esa es otra de las claves del análisis técnico de lo sucedido, ya que se estima que, al decidir aterrizar en el aeródromo de Beas de Segura, por su cercanía, el piloto no tuvo en cuenta, posiblemente, las condiciones meteorológicas adversas de la zona ni el emplazamiento de la pista, entre montañas. Durante la singladura, no se comunicó fallo alguno; la nave estaba en perfectas condiciones y tenía combustible para el viaje y también tenía toda la documentación en regla el único ocupante de la avioneta. Entre los factores constatados por los técnicos está el hecho de que la dirección del viento previsto no se correspondía con la que realmente se encontró.

    Los problemas para el piloto se detectaron a las 18:38 horas del pasado 9 de febrero, según el relato facilitado en su momento por la Subdelegación del Gobierno en Jaén. El servicio 112 de la vecina Castilla-La Mancha informó de que en el municipio de Yeste, casi en el límite con la provincia jiennense, había sido detectado un pequeño avión que realizaba “maniobras de emergencia” por los alrededores de Segura de la Sierra. La alerta atravesó la región y llegó a la sala del 112 de Andalucía. La Comandancia jiennense, al igual que las de Albacete y Granada, también tuvieron constancia de la “desaparición”. Agentes de la Guardia Civil encontraron los restos del aparato y al piloto fallecido a primeras horas de la mañana siguiente, 10 de febrero. El fallecido era hijo de un conocido empresario de Castellón, que te tenía relación con Gesplane, que opera desde el Aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén.

    El Cornicabral, listo para un aterrizaje
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    El día de los hechos, el pasado 9 de febrero, el Centro de Control Aéreo de Sevilla se hizo cargo de la situación y fue el que avisó a la pista de El Cornicabral, en Beas de Segura, para que se preparara para un posible aterrizaje de emergencia. Habían pasado pocos minutos desde que fue vista en el pueblo albaceteño la Cessna 172 y, posteriormente, se estrelló. Expertos consultados por este periódico apuntaron a que la nave sufrió el fatal accidente a escasa distancia ya de la pista de aterrizaje, en medio de muy malas condiciones de vuelo.