El envidiable expediente de una apasionada de la historia

02 oct 2016 / 11:27 H.

Orgullosa y agradecida. Fueron la palabras que utilizó la joven Virginia Martos para definir su reacción ante la concesión del Premio Joven Brillante en el marco de los “Jaén Joven”. Recibió el galardón de manos del director de la oficina de la Caja Rural de Jaén en el Campus de las Lagunillas, Juan Ángel Mata.

“He de admitir que el esfuerzo no es lo único que me ha traído aquí. Tras este premio se encuentran muchas personas. Quiero agradecerlo a mi familia, a mis padres y a mi hermana, por su apoyo incondicional. También a mi colegio, San Antonio de Padua, a mis profesores, que siempre han ido más allá de los libros de texto y dándome lecciones que me acompañarán toda mi vida. A mis amigos que siempre han estado animándome y alentándome a cumplir ese sueño mío de convertirme en una gran historiadora. Por todo eso, muchas gracias desde el fondo de mi corazón”, dijo en su intervención.

Virginia Martos Armenteros, marteña de 18 años, no sabe lo que significa tener un suspenso en su expediente. El trabajo y la constancia son dos de sus cualidades, también el enorme potencial y el talento con el que cuenta. Ahora acaba de conseguir la mejor calificación de toda Andalucía en los Premios Extraordinarios del curso 2015/2016. Obtuvo una puntuación final de 38,25 sobre cuarenta, en los cuatro exámenes de que constaba la prueba. Sus calificaciones cosecharon el grado de excelencia con unas notas de nueve y medio en Filosofía e Inglés, un nueve con veinticinco en Latín y un diez en Historia. “Al principio no me lo podía creer”, decía Virginia. “Estaba de compras, en Jaén, cuando me llamó el profesor Francisco Aranda para darme la enhorabuena. Al principio pensé que me estaban tomando el pelo. Al llegar a mi casa, lo primero que hice fue llamar al colegio y allí me lo confirmaron y me anunciaron que, además, había quedado la primera en el ámbito de Andalucía”. Es fácil imaginar la alegría de Virginia Martos, el orgullo de sus padres y la satisfacción de sus profesores.