El Defensor estudia el “no” a la depuradora de Porcuna

El alcalde de Porcuna, el popular Miguel Moreno Lorente, gana otra batalla en la guerra emprendida para lograr que se construya la depuradora de este municipio de la Campiña, de 6.600 vecinos. El máximo responsable municipal, avalado por un acuerdo unánime de la Corporación Municipal, acudió a la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz para explicarle que la Administración local espera esta infraestructura desde hace aproximadamente una década, sin que la Junta, que es la que se ofreció a construirla, le dé explicaciones convincentes del retraso de las obras. La institución que dirige Jesús Maeztu remitió una carta dirigida al máximo responsable municipal en la que le informa que admite a trámite su petición de amparo.

Por ello, por lo pronto, el Defensor del Pueblo Andaluz solicitó a la Consejería de Medio Ambiente cuanta información obre en su haber sobre los hechos denunciados por el Gobierno local. El material que reciban será analizado para ofrecer una respuesta al Ayuntamiento, como aclara Luis Pizarro Fernández, uno de los adjuntos a Maeztu. La petición de Porcuna se ajusta a los requisitos de la Ley del Defensor del Pueblo Andaluz, lo que da vía libre al proceso, para satisfacción del alcalde porcunense. El político cree que el caso de su municipio puede dar luz sobre una situación que no es exclusiva de su Ayuntamiento, ni entiende de siglas de partidos. Por no tener depuradora, las arcas municipales tienen que soportar, año tras año, el pago de las sanciones que impone la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir por los vertidos generados. Esta multa puede rondar, en el caso de Porcuna, los 80.000 euros, una cifra nada desdeñable con la que, según el regidor, podrían salir adelante casi un centenar de contratos temporales o acometer obras.

Moreno, que deja claro que no puede ser portavoz más que de sus ciudadanos, sí es claro al apuntar que, de “manera oficiosa”, contactó con una treintena de homólogos que están en una situación muy parecida a la suya, con una mezcla de indignación e impotencia por no contar con un equipamiento básico, a pesar de haber dado todos los pasos necesarios para ello.

En el caso de Porcuna, las primeras conversaciones para la depuradora se remontan a 2005, cuando el Ejecutivo regional se brindó para dotar al municipio de la estación de tratamiento de aguas residuales. Dos años más tarde, los terrenos estaban disponibles, al cumplir el Gobierno local el compromiso alcanzado con la Junta de Andalucía de hacerse cargo del suelo para levantar la depuradora, en el caso de Porcuna, en el paraje de Puente de Cañete. En 2010, de hecho, como recuerda Miguel Moreno, el Consejo de Gobierno andaluz declaró la obra como de interés general para Andalucía pero, a pesar de este empuje, no hay ni proyecto ni fecha aproximada. Sobre el “retraso” de la intervención prevista para Porcuna, el delegado de Medio Ambiente de la Junta en Jaén, Juan Eugenio Ortega, dejó claro que no hay animosidad alguna contra el Ayuntamiento de Porcuna, sino que simplemente hay que esperar a que se completen los trámites previstos y disponer de los fondos necesarios. De hecho, adelantó que uno de los papeles pendientes, la Autorización Ambiental Unificada, que es necesaria en este caso, está bastante avanzada ya. El caso de Porcuna, abundó en declaraciones a este periódico, está dentro de un paquete, junto a una veintena de proyectos, que se encuentra a las puertas de la fase de licitación.