El bello espectáculo de la trashumancia en Mogón

Más de 1.200 ovejas, guiadas por Pablo Espinar, se dirigen a Sierra Morena en busca de pasto y menos frío

23 nov 2016 / 12:14 H.

El único pastor de la Sierra de Las Villas, Pablo Espinar, mantiene viva la tradición milenaria de la trashumancia. Como un sinfín de ganaderos hicieron antes que él, trasladará el ganado desde los montes del este de la provincia hasta Sierra Morena, en el otro extremo del mapa, en busca de mejores pastos y unas temperaturas más suaves. Una vez superado el invierno, realizará el camino contrario, para regresar al Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. En su larga ruta, el rebaño de ovejas atraviesa Mogón, en Villacarrillo, un paseo que ofrece estampas únicas y que esperan los vecinos de este núcleo de población. Estos trayectos cada vez son más dificultosos debido, como dice el pastor, “a las apropiaciones indebidas” de la Cañada Real. Esto hace que el histórico camino se estreche, año tras año. A ello hay que sumar, como ocurre al comienzo de esta temporada, las inclemencias meteorológicas, muy beneficiosas para el campo, pero que hacen que la trashumancia sea “muy dura y sacrificada”.

El ovejero no va solo, ya que le acompaña toda la familia, que colabora con las muchas tareas de logística que son precisas. Uno de los pastores que conducen el ganado, Bruno Chacón, comenta: “Este año se nos hará largo y muy duro, la lluvia y el barro conllevan que el ganado camine con mucha dificultad y nos espera un recorrido mucho más pesado. Estamos habituados a todas estas adversidades y somos capaces de llevar mil doscientas cabezas de ganado.”

Mogón es zona de paso y descanso obligado y, cuando se escuchan los cencerros por “el paso”, los vecinos se asoman para ver y disfrutar de esta bonita tradición. Jaén es tierra de trashumantes, que atraviesan las sierras de comarcas como El Condado y La Loma y no solo de pastores de Cazorla, Segura y Las Villas, sino también de criadores llegados desde otras provincias españolas.