Dos detenidos en La Carolina por el robo de las cuernas

La Guardia Civil investiga la procedencia de las cornamentas incautadas

21 feb 2019 / 16:33 H.

Hay un negocio que mueve miles y miles de euros y que gira en torno a algo que, aparentemente, no tiene valor: los cuernos que se le caen al ciervo cuando llega la primavera y que quedan tirados en el campo. Es el desmogue. Esas cornamentas son del propietario de las fincas donde pace el animal. Sin embargo, son muchos los furtivos que se lanzan al monte en busca de esas codiciadas piezas. Tradicionalmente, siempre ha habido una potente industria artesana que reclama esta mercancía para fabricar objetos decorativos, como muebles, ceniceros, lámparas, llaveros o mangos de cuchillos. Sin embargo, en los últimos años, el valor de las cornamentas se ha disparado —más de 30 euros por kilo— debido a la gran demanda que llega de Asia, porque allí lo usan como medicina para curar determinadas dolencias. Y como Jaén es tierra de ciervos, lo es también de expoliadores. Son muchos los furtivos que salen al campo a ganar dinero con esta actividad tan lucrativa como ilegal.

La Guardia Civil acaba de asestar un espectacular golpe a los que están detrás de este negocio. Hay, al menos, dos detenidos en La Carolina, si bien la operación, iniciada por el Seprona hace meses, todavía continúa abierta. Los agentes, apoyados por miembros de la Usecic, realizaron un registro en una vivienda de la calle Ondeanos, en pleno centro del municipio carolinense. El inmueble pertenece a uno de los arrestados, según explican fuentes cercanas al caso. Durante buena parte de la mañana, los miembros del Instituto Armado sacaron centenares de cuernas de ese edificio, que fueron cargando en una furgoneta para ser trasladadas a los depósitos judiciales. En principio, el inmueble es un almacén en que había depositadas numerosas piezas. Ahora, los investigadores del Seprona tratan de analizar su procedencia, ya que muchas parecen haber sido recogidas del campo directamente. No obstante, en una primera inspección ocular, los agentes observaron que muchas de las cuernas intervenidas no proceden del desmogue de los animales, ya que están barnizadas, serradas y con perforaciones, lo que hace suponer que hayan estado expuestas como trofeos y su procedencia sea el robo.

La operación, por lo tanto, continúa todavía abierta y no se descartan nuevos arrestos en los próximos días. Por el momento, la Comandancia guarda silencio sobre esta investigación que se enmarca en la lucha de la Guardia Civil contra el furtivismo.

Espectacular despliegue de seguridad

El dispositivo de seguridad puesto en marcha por la Comandancia en la operación contra el robo de cuernas llamó la atención de los vecinos de La Carolina. Varias decenas de agentes, incluida una dotación de la Usecic, se desplegaron en la céntrica calle Ondeanos, donde se realizó uno de los registros domiciliarios y se incautaron centenares de cornamentas.